Artículo publicado por la UCR: La naturaleza es más que un recurso, es el territorio y el tejido que construye la identidad de los pueblos

Artículo de: Katzy O`neal Coto Periodista, Oficina de Divulgación e Información Áreas de cobertura: ciencias agroalimentarias y medio ambiente katzy.oneal@ucr.ac.cr

Foto de portada: Laura Rodríguez Rodríguez.

 Las semillas, los ríos y la tierra son parte de los bienes comunes más preciados por los pueblos indígenas y comunidades campesinas que aún hoy continúan preservándolos para el futuro de la humanidad gracias al conocimiento heredado de sus antepasados. 

El Observatorio de los Bienes Comunes: Agua y Tierra de la UCR apuesta por reivindicar las prácticas y saberes de los pueblos originarios para cuidar de la Madre Tierra.

El Día Internacional de la Madre Tierra reconoce al planeta y sus ecosistemas como el hogar común de la humanidad y plantea la necesidad de protegerla para mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener la pérdida de la biodiversidad y degradación de los ecosistemas.
Para lograr esta meta, la academia está volviendo la mirada hacia el conocimiento ancestral, recuperando las tradiciones y saberes de pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades campesinas para defender, cuidar y preservar la naturaleza bajo un marco conceptual alternativo, que va más allá de la conservación y la sostenibilidad ambiental.

Como señala el informe Estado de la Nación 2019 citando el Vigésimo Informe (2014) ¨la apuesta por la conservación es una condición necesaria, pero insuficiente, para la sostenibilidad del desarrollo humano. La apuesta por la conservación no evita la persistencia de un uso insostenible de recursos naturales estratégicos, con altos impactos ambientales”.

Por eso, en la Universidad de Costa Rica se crea el Observatorio de los Bienes Comunes: Agua y Tierra, un proyecto que nace apartir del Programa Kioscos Socioambientales, y apuesta por reinvindicar el valor de los saberes y formas de relacionamiento de nuestros pueblos originarios con la naturaleza para contribuir a la defensa de los bienes comunes que permiten tejer las redes de vida que nos sustentan.

El Observatorio alerta sobre los procesos de privatización y extractivismo, que amezan costantemente los recursos naturales como el agua, la tierra, el aire, los bosques, las reservas de peces, es decir, aquellos recursos biológicos de los cuales depende la vida de la humanidad, y los convierten en simples mercancías trasladando los altos costos de la explotación a los ecosistemas y a las comunidades rurales.

Este proyecto de Investigación- Acción Social que surgió en el 2020, adscrito al Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), tiene como propósito estudiar, analizar y visibilizar los procesos de privatización y extractivismo de bienes comunes, principalmente aquellos relacionados con el agua (concesiones sobre ríos, proyectos de riego, presas, minería no metálica, Proyectos Hidroeléctricos, etc ) y la tierra (agronegocio, despojo, tomas de tierra, usos del suelo, etc).

 

Las comunidades de Santa Juana y de Orocú en Punta Morales de Chomes mantienen una lucha constante para proteger el Río Lagartos donde la asada tiene la bomba que abastece de agua potable a ambas comunidades. Gracias a la organización comunal han logrado eliminar los botaderos clandestinos, detener actividades como el lavado de carros y motos que contaminan el agua y la construcción de tanques ilegales para riego de cultivos y ganado para beneficio de particulares.

“Los indígenas de Térraba me enseñaron de la espiritualidad de la Madre Tierra, ellos están luchando por hacer que se respete la vida del río porque el río es un ser vivo, un ser independiente, que nace, crece, reproduce la vida y no muere porque continúa su ciclo y nos vuelve a bendecir en forma de lluvia”.

Roxana Flores Martínez. Secretada de la Asada de Orocú y activista en la defensa de los ríos, miembro de la Liga de Asadas.

El tejido que sostiene la vida

El Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra centra su propuesta en el concepto de bienes comunes que nace en Europa pero que en América Latina toma connotaciones muy diferentes al encontrarse con las cosmovisiones de pueblos afrodescendientes y pueblos indígenas que tienen su construcción propia de la naturaleza, según explica el coordinador del Observatorio, Luis Andres Sanabria Zaniboni.

“Para muchos de estos pueblos y comunidades la naturaleza es más que un recurso, es su territorio y es el tejido que construye su identidad. Por eso, muchas de las defensas de los bienes comunes en Costa Rica están atados a los ríos, para muchas de las comunidades el rio es parte de su identidad y es hasta la razón de su identidad, eso trasciende por mucho la visión cosificada de la naturaleza”, acota el investigador.

Los bienes comunes, que incluyen los bienes naturales, los bienes sociales y bienes culturales o saberes, cuando se nutren con todas estas cosmovisiones, adquieren otra forma y se entienden como un tejido que sostiene la vida. Entonces ahí se incluye no solamente las prácticas de uso compartido, también la forma en que se concibe el entorno.

Además, recalca que sin esas prácticas que los pueblos indígenas han mantenido por cientos de años los bosques donde ellos viven no existirían, sin el manejo de las semillas criollas que hacen las poblaciones campesinas mucho de muestro paisaje alimentario no existiría, muchos de nuestros alimentos no existirían porque nacen precisamente del manejo de las semillas y los cultivos que ellos han hecho por mucho tiempo.

Más allá de la conservación

Esta propuesta conceptual surge como una alternativa para superar las limitaciones del concepto de conservación que sigue concibiendo a la naturaleza como un recurso e incluso como capital natural. Una de las limitaciones de dicha concepción es que no incluye a la gente, resultando que las comunidades indígenas o campesinas terminan privadas de acceder y disfrutar de los bienes comunes que se procura conservar.

Sanabria asegura que el modelo de conservación que ha primado dio lo que tenía que dar, por ejemplo en Costa Rica la creación de áreas protegidas en los años 70’s logró detener la pérdida de los bosques, pero este modelo es necesario repensarlo para empezar a entendernos con la naturaleza en una dimensión donde todos y todas somos sujetos y sujetas de ese contexto.

El Estado de la Nación (2019) también señala que Costa Rica afronta una importante disyuntiva ya que ¨la gestión ambiental ha tenido dos caras: fortalezas en el ámbito de la conservación, especialmente en las áreas protegidas, que conviven con patrones insostenibles en el uso de los recursos y el territorio fuera de estas¨ (p 56)

Frente a esta disyuntiva, Sanabria recalca que es vital cuestionar la intensidad y la extensión de las actividades que estamos realizando, problematizar el extractivismo como una forma de satisfacer necesidades y sin duda, volver a mirar esas pequeñas prácticas y saberes ancestrales que han logrado mantener los tejidos de vida por cientos y miles de años.

La comunidad de Guacimal se involucró en una defensa del río Veracruz desde el 2011 al 2016, y ganó dos recursos de amparo. El proyecto buscaba llevarse casi todo el agua del río para el proyecto de riego más grande de su tipo en el país. Kioscos socioambientales, Fecon, Rios Vivos y muchas otras entidades y comunidadesse unieron al movimiento y nació la Alianza por la Defensa del Agua.

«Los ríos son las venas que corren por la Madre Tierra, cualquier intento de indiscriminadamente desviarlos, secarlos, represarlos, contaminarlos o de cualquier otra manera dañarlos, es un atentado contra la vida nuestra también».

Verónica Sheehan, vecina de Guacimal. Directora y cofundadora del Centro Demostrativo de Sostenibilidad.

Equilibro amenazado


Desde el Observatorio de los Bienes Comunes: Agua y Tierra se procura abordar las principales problemáticas que afrontan las comunidades en Costa Rica: la expansión del agronegocio a través de la producción de monocultivos (uso de agroquímicos) y despojo de territorios campesinos e indígenas (recuperaciones de tierra) y el agua (PH´s, riego, presas, deforestación, megaturismo) y la extracción a través de quebradores-minería no metálica que pone presión sobre los ríos.

Preocupa la expansión de territorios e implicaciones del cultivo de la piña, relacionado con la invasión a riberas de ríos, zonas protegidas, ecosistemas sensibles y afectaciones a la salud de poblaciones rurales. Pero también llama la atención el manejo de los recursos hídricos, debilidades en la administración pública, así como las desigualdades de acceso y consumo, y los riesgos futuros a la disponibilidad y la calidad.

A estas problemáticas de larga data en Costa Rica se suma la preocupación sobre el modelo de desarrollo agroindustrial que impulse el país postpandemia, que podría profundizar las problemáticas sociales y ambientales asociadas a las grandes agroindustrias de los monocultivos y la intensificación de los conflictos con los pueblos indígenas.

Con este proyecto de investigación- acción social se espera poder ampliar paulatinamente a las demás dimensiones, para generar así insumos relevantes para las comunidades para su trabajo organizativo y de incidencia en torno a la defensa y gestión de los bienes comunes. Para obtener más información visite su sitio web: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/.

“Esta concepción de los bienes comunes viene a visibilizar que sin estos saberes, estas prácticas ancestrales, sin esas formas de defensa, los bienes naturales que tanto apreciamos no existirían”, apunta Luis Sanabria.

Tomado de: https://www.ucr.ac.cr/noticias/2021/04/22/la-naturaleza-es-mas-que-un-recurso-es-el-territorio-y-el-tejido-que-construye-la-identidad-de-los-pueblos.html#

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