Continuamos con nuestra reflexión en torno a los sistemas alimentarios, en esta ocasión les invitamos a reflexionar sobre nuestras semillas criollas, nativas o locales.
Tal vez hemos escuchado alguna noticia al respecto, pero normalmente no nos profundizan sobre el significado que tienen para nuestras vidas. Las semillas son una creación colectiva, una forma más que se manifiesta la historia de nuestros pueblos, ya que durante milenios se han heredado variedades, saberes y técnicas para cultivarlas, es decir corresponde a un largo proceso de domesticación que hoy se manifiesta en ese paisaje alimentario que conforma la gran diversidad de alimentos que nos llega a nuestras mesas.
Sin embargo, toda esta riqueza no es indiferente a los procesos de mercantilización por parte de la industria alimentaria, ya que a través de los registros de «idoneidad», procuran controlar la producción, distribución y reproducibilidad de las semillas. Esto tiene como objetivo generar una alta dependencia de las personas agricultoras, campesinas y pueblos indígenas a la venta industrializada, a los paquetes tecnológicos (agroquímicos), y con esto lograr la privatización y monopolización de las semillas
Es así que su rescate y preservación requiere visibilizar la importancia de sus prácticas de cuidado, tales como conocer el ciclo de las plantas y su relación con las diversas dinámicas de la naturaleza, pero también acompañar la defensa del derecho de las personas campesinas, agricultoras y pueblos indígenas al libre acceso, a la producción, a guardar, intercambiar y vender sus semillas.
Les compartimos esta infografía que pretende problematizar el contexto actual de nuestras semillas.