Costa Rica en el Índice de Desarrollo Humano 2025: políticas que avanzan, exclusiones que perduran

Costa Rica vuelve a destacar en el Informe de Desarrollo Humano 2025 al ubicarse en el puesto 62 con un HDI de 0.833, dentro del grupo de países de desarrollo humano muy alto. Este resultado no es fruto del azar: responde a décadas de políticas sociales sostenidas y factores estructurales que han marcado el rumbo del país.

La inversión histórica en educación pública gratuita, la seguridad social universal, la ausencia de ejército y la estabilidad democrática han permitido construir una base sólida de salud, conocimiento y bienestar. Estos pilares explican que, incluso con limitaciones económicas, el país haya logrado mantener mejoras constantes en esperanza de vida, escolaridad y calidad de vida.

La importancia de la política social en el desarrollo humano

El progreso de Costa Rica no se entiende sin reconocer el papel central de sus políticas sociales, que han funcionado como motores sostenidos de bienestar y cohesión. Estas políticas no son simples programas aislados, sino decisiones de Estado que han moldeado el rumbo del país:

Educación pública gratuita
Desde hace más de 150 años, la educación gratuita y obligatoria ha garantizado que generaciones enteras tengan acceso al conocimiento, independientemente de su origen social. Esta apuesta permitió construir una fuerza laboral preparada, atraer inversión y fomentar innovación, reduciendo brechas de desigualdad.

Seguridad social universal
El sistema de salud y pensiones, basado en la Caja Costarricense de Seguro Social, cubre a prácticamente toda la población. Esto se traduce en indicadores de salud comparables con países desarrollados, mayor esperanza de vida y una red de protección que evita que millones caigan en pobreza extrema ante enfermedades o vejez.

Ausencia de ejército
Desde 1948, Costa Rica destinó recursos antes usados para la defensa a educación, salud e infraestructura social. Esta decisión no solo consolidó su reputación internacional como país pacífico, sino que liberó recursos fiscales para fortalecer políticas inclusivas y garantizar servicios públicos de calidad.

En conjunto, estas políticas no son un gasto, sino una inversión en las capacidades de la población, que se reflejan en el Índice de Desarrollo Humano y en la resiliencia del país ante crisis globales. Sostenerlas y actualizarlas es clave para que Costa Rica siga siendo un referente de desarrollo humano en la región.

Datos de Costa Rica según el HDR 2025

Indicador

Valor

Puesto mundial HDI

62

HDI 2023

0.833

Esperanza de vida al nacer

80.8 años

Años esperados de escolaridad

16.3 años

Años promedio de escolaridad

8.8 años

INB per cápita (PPP 2021)

23,417 USD

HDI ajustado por desigualdad

0.678 (pérdida del 18.6 %)

Índice ajustado por presiones planetarias (PHDI)

0.774


Un trayecto histórico de avance en desarrollo humano

Costa Rica muestra una evolución constante en el Índice de Desarrollo Humano (HDI), reflejando décadas de políticas públicas sostenidas. A continuación, un recorrido por los hitos más relevantes:

Año

HDI

Contexto histórico

1990

0.677

Inicio de registros internacionales; el país ya destacaba en educación y salud en comparación regional.

2000

0.734

Consolidación de la educación universal y expansión de la seguridad social, con mejoras en esperanza de vida y alfabetización.

2010

0.785

Políticas de inversión social y estabilidad económica elevan el bienestar; se aproxima al grupo de desarrollo humano muy alto.

2015

0.808

Costa Rica ingresa oficialmente al grupo de desarrollo humano muy alto.

2020

0.822

Antes de la pandemia, mantiene su ascenso sostenido gracias a políticas inclusivas.

2021

0.826

Recuperación parcial tras los efectos del COVID‑19.

2023

0.833

Máximo histórico, puesto 62 a nivel mundial, consolidando un liderazgo regional.

Tendencia general:
En poco más de tres décadas, Costa Rica aumentó su IDH en más de un 20 %, lo que evidencia que invertir en las capacidades de las personas genera progreso sostenible. En 2023, el país se ubicó en la posición 62 de 193 países y en el puesto 7 en América Latina.

Desafíos globales, respuestas locales

El pasado 2 de julio de 2025, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó en San José el Informe de Desarrollo Humano 2025: Una cuestión de elección: personas y posibilidades en la era de la Inteligencia Artificial. El evento, que reunió a autoridades nacionales, agencias internacionales y referentes del sistema de Naciones Unidas, ofreció una mirada actualizada sobre los retos y oportunidades del desarrollo humano en el contexto global y nacional.

El informe advierte sobre un estancamiento del desarrollo humano a nivel mundial, producto del aumento de las desigualdades entre países y de las presiones que enfrenta el modelo de desarrollo tradicional. Desde 2020, el IDH global no ha logrado recuperar su ritmo de crecimiento, y por cuarto año consecutivo crece la brecha entre los países con IDH muy alto y aquellos con IDH bajo o medio.

En ese contexto, se enfatizó que la inteligencia artificial no debe ser vista como una amenaza de sustitución humana, sino como una herramienta para potenciar la creatividad, personalizar la educación y la salud, y democratizar las oportunidades de desarrollo.

Inteligencia artificial y desarrollo: oportunidades con cautela

Uno de los aportes del informe es una encuesta global sobre percepciones en torno a la inteligencia artificial (IA). Si bien el 50 % de las personas considera que su trabajo podría automatizarse, un 60 % cree que la IA tendrá un impacto positivo y abrirá nuevas oportunidades laborales. En países con IDH bajo o medio, el 70 % espera que la IA aumente su productividad, y dos tercios creen que usarán IA en el ámbito educativo, laboral o de salud en el próximo año.

El informe también alerta sobre los riesgos de exclusión, concentración de poder y profundización de desigualdades, por lo que urge a mantener un compromiso ético que subordine la innovación tecnológica al bienestar humano.

Las deudas pendientes de la política social costarricense

Aunque Costa Rica mantiene una sólida posición en desarrollo humano, los datos también revelan retos urgentes que requieren atención para evitar retrocesos:

  • Desigualdad persistente: El IDH ajustado por desigualdad muestra una pérdida del 18.6 %. Comunidades rurales, pueblos indígenas y poblaciones afrodescendientes enfrentan barreras estructurales para acceder a educación, salud y empleo digno.

  • Brechas en calidad educativa: La cobertura educativa es amplia, pero la calidad varía considerablemente. Las escuelas rurales sufren de deficiencias en infraestructura, tecnología y disponibilidad de docentes especializados.

  • Riesgos para la seguridad social: La Caja Costarricense de Seguro Social, clave del sistema, está bajo presión por el envejecimiento de la población, el trabajo informal y la evasión de aportes. Su sostenibilidad requiere reformas profundas y consensuadas.
  • Protección frente a nuevos desafíos: El sistema aún no está preparado para enfrentar los efectos de la automatización, la precarización laboral juvenil o el cambio climático. Se requieren políticas activas que acompañen estos procesos de transformación.

  • Brechas de género: Aunque el país tiene un Índice de Desarrollo de Género de 0.975 (posición 55 de 170), persisten desigualdades en salud reproductiva, acceso al empleo formal y participación política.

Costa Rica y la sostenibilidad: un diferencial regional

Un aspecto positivo destacado en el informe es la baja pérdida del IDH ajustado por presiones planetarias: solo un 7.1 %, lo que permite a Costa Rica ascender 37 posiciones en esta categoría. Esto refleja políticas ambientales activas y un compromiso sostenido con la protección de los ecosistemas.

Los desafíos ante la disminución de la política social

A pesar de estos logros, el informe alerta sobre tendencias globales de debilitamiento de la política social y ambiental. En Costa Rica, los recortes presupuestarios, la presión fiscal y un discurso que minimiza el gasto social y la política ambiental como inversión podrían comprometer avances alcanzados durante décadas.

Reducir la política social significaría poner en riesgo las bases que explican el éxito del país en desarrollo humano: la protección ambiental, el acceso universal a salud, la educación de calidad y los programas que sostienen a las poblaciones más vulnerables. Mantener y fortalecer estas políticas no es solo una cuestión ética; es estratégico para asegurar que Costa Rica no pierda su posición de liderazgo regional.

El caso Ngöbe de Sixaola: el espejo de una política social que excluye

La situación del pueblo Ngöbe asentado en Sixaola revela, con crudeza, cómo las estadísticas nacionales pueden ocultar realidades profundamente desiguales. Pese a los avances globales del país en desarrollo humano, este grupo indígena enfrenta exclusión estructural en cada uno de los pilares de la política social: educación, salud, trabajo y territorio.

Las trabas para acceder a programas del IMAS por no contar con títulos de propiedad, la imposibilidad de realizar trámites digitales por barreras tecnológicas o lingüísticas, y la discriminación directa en la atención institucional demuestran que el diseño de la política social no incorpora una perspectiva intercultural ni territorial.

En salud, la saturación del sistema público, la ausencia de horarios compatibles con las condiciones laborales de la población Ngöbe y la violencia obstétrica hacia mujeres indígenas cuestionan el principio de universalidad del acceso. Además, el corte del servicio de agua potable, pese a existir leyes que prohíben esas prácticas, refuerza la negligencia sistemática hacia comunidades ya precarizadas.

 

En el ámbito laboral, el pueblo Ngöbe sigue expuesto a condiciones de semi-esclavitud en fincas bananeras y plataneras, sin protección sindical efectiva ni fiscalización estatal constante. Las mujeres, en particular, sufren una triple opresión: por ser indígenas, pobres y trabajadoras, con testimonios alarmantes de acoso sexual, despidos arbitrarios y racismo cotidiano.

Finalmente, la ausencia de un territorio indígena reconocido impide el acceso pleno a derechos y refuerza un patrón de desarraigo, invisibilidad y vulnerabilidad institucional. Sin tierra, no hay autonomía. Sin reconocimiento, no hay dignidad.

El caso Ngöbe no es una excepción: es un síntoma de cómo el modelo de bienestar costarricense puede fallar cuando no reconoce la diversidad socioterritorial del país. Si se quiere hablar de desarrollo humano real, será necesario mirar de frente estas deudas históricas y construir una política social verdaderamente inclusiva, con participación activa de los pueblos originarios y desde sus propias formas de vida.

Defender la política social como bien común

Las políticas sociales de Costa Rica no son meros instrumentos técnicos ni gastos aislados: son bienes comunes sociales, construidos a lo largo de décadas por decisiones colectivas que apostaron por la equidad y la solidaridad. La educación pública gratuita, la seguridad social universal y la ausencia de ejército no solo mejoran indicadores; tejen vínculos de confianza y corresponsabilidad que sostienen la vida democrática y el sentido de comunidad.

Defender y fortalecer estas políticas es defender el suelo común donde se cultiva el bienestar de todas las personas, especialmente en tiempos de incertidumbre global. Renunciar a ellas sería debilitar el tejido solidario que permite a la sociedad cuidarse a sí misma, garantizar derechos y abrir oportunidades para que cada generación viva con dignidad y esperanza.

Pueden descargar el resumen en español aquí.

Referencias:

Observatorio de Bienes Comunes UCR. (2025, julio 15). “Nos tratan como si no fuéramos de aquí”: Pueblo Ngöbe de Sixaola visibiliza abandono institucional y exige territorio. https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/nos-tratan-como-si-no-fueramos-de-aqui-pueblo-ngobe-de-sixaola-visibiliza-abandono-institucional-y-exige-territorio/

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2025). Informe sobre desarrollo humano 2025: Una cuestión de elección. Personas y posibilidades en la era de la inteligencia artificial (Pedro Conceição, Dir.). https://www.undp.org/es/costa-rica/comunicados-de-prensa/pnud-costa-rica-presenta-informe-de-desarrollo-humano-2025

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2025). A matter of choice: People and possibilities in the age of AI (Informe sobre desarrollo humano 2025). https://hdr.undp.org

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