Lo que ocurre en Gaza no puede describirse únicamente como un conflicto: múltiples organismos internacionales y voces académicas coinciden en señalar que se trata de un genocidio en curso contra el pueblo palestino, caracterizado por desplazamientos forzados, ataques sistemáticos a la población civil y la negación de sus derechos fundamentales.
El Observatorio de Bienes Comunes desarrolla esta nota como parte de su compromiso por la justicia, la defensa de los derechos humanos y la reivindicación histórica de los pueblos que han sido sometidos a la violencia colonial y neocolonial. Nuestra labor no es únicamente describir hechos, sino también ofrecer herramientas críticas para comprenderlos en su complejidad y denunciar las narrativas que legitiman la opresión.
Desde una mirada educativa y decolonial, buscamos abrir espacios de reflexión que cuestionen las estructuras de poder global, promuevan la autodeterminación de los pueblos y fortalezcan la solidaridad internacional frente a las injusticias. En este caso, el análisis del plan de Trump para Gaza responde a la necesidad de visibilizar cómo se reproducen lógicas coloniales en el presente y cómo países como Costa Rica se ven implicados en ellas.


Imagen de la nota de prensa El País. (17/11/2025). El ministro israelí de Finanzas asegura que Israel y EE. UU. negocian para dividirse la Franja de Gaza.
Una propuesta que promete paz, pero niega justicia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó recientemente un plan de 20 puntos para poner fin a la guerra de Israel contra Gaza. Aunque fue anunciado como una propuesta de paz, este esquema reproduce lógicas coloniales que niegan la autodeterminación palestina y refuerzan la dominación política, económica y militar sobre la Franja de Gaza.
Desde un enfoque educativo y decolonial, esta nota analiza los principales elementos de la propuesta y problematiza el respaldo de Costa Rica a este plan.
Palestina sin voz: la paz sin los pueblos
El plan se presenta como “bien recibido por todos”, salvo por Hamás. Sin embargo, el pueblo palestino —principal afectado— queda relegado a un papel pasivo. Esta exclusión perpetúa la colonialidad del saber: solo las potencias occidentales y sus aliados definen qué significa “paz” y quién puede participar en ella.
“Zona libre de terrorismo”: el lenguaje de la deshumanización
La propuesta define Gaza como un territorio que debe transformarse en “libre de terrorismo y desradicalizado”. Este discurso reduce a la población palestina a un peligro a ser eliminado y desplaza la responsabilidad del conflicto hacia los oprimidos, no hacia la potencia ocupante. Se trata de un dispositivo clásico de la colonialidad: justificar la violencia en nombre de la “civilización” y la seguridad.
Reconstrucción condicionada: una ayuda con cadenas
El plan promete reconstruir Gaza, pero bajo la tutela de una “junta de paz” presidida por el propio Trump, junto con organismos financieros internacionales y líderes extranjeros. La población palestina no es considerada sujeto político de su propia recuperación, sino objeto de administración externa. Este paternalismo perpetúa la colonialidad del poder y reproduce dependencias económicas.
La negación del Estado palestino: administrar sin reconocer
Trump fue explícito: Netanyahu rechaza un Estado palestino y él lo respalda. Esto demuestra que el plan no busca la paz entre dos naciones soberanas, sino la gestión colonial de un territorio sin derechos plenos. Es la reafirmación de una paz colonial, donde se administra la ocupación sin reconocer la existencia de Palestina como nación legítima.
Jerarquías de la vida y la muerte
La propuesta de intercambio de prisioneros y cuerpos —un israelí por quince palestinos muertos— ilustra la necropolítica colonial: la vida israelí se coloca como valor absoluto, mientras las muertes palestinas se convierten en mercancía de negociación. Esta asimetría revela la profunda deshumanización que sostiene la ocupación.
La ausencia de responsabilidad israelí
Un aspecto central que no puede pasar desapercibido es que el Plan de 20 puntos de Trump omite por completo cualquier mención a la responsabilidad de Israel por los crímenes cometidos en Gaza. Mientras se exige la desmilitarización palestina, la supervisión internacional y la reeducación social, el documento presenta a Israel únicamente como garante de seguridad y estabilidad, exonerándolo de forma implícita de violaciones al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Esta omisión reproduce una narrativa colonial que invierte las cargas de la violencia: responsabiliza exclusivamente al pueblo ocupado mientras legitima al ocupante, invisibilizando la necesidad de justicia y reparación para las víctimas palestinas.
Costa Rica y la paz subordinada
El respaldo de Costa Rica a este plan no es un gesto menor. Como país con una tradición de paz y diplomacia, debería mantener una política exterior coherente con la defensa de los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, al alinearse automáticamente con Washington, Costa Rica se convierte en cómplice de una narrativa colonial que legitima la ocupación y el genocidio en Gaza.
Este posicionamiento refleja la dependencia histórica de Costa Rica en materia de política exterior: en lugar de actuar como voz crítica y solidaria con los pueblos del Sur Global —como lo haría desde una perspectiva latinoamericana y decolonial— se subordina a los intereses de las potencias imperiales. Con ello, se erosiona su credibilidad como país defensor del derecho internacional y la paz.
El comunicado de Costa Rica: entre la retórica pacifista y la legitimación colonial
El comunicado oficial del Gobierno de Costa Rica (30 de septiembre de 2025) expresa respaldo al Plan de 20 puntos para Gaza y Medio Oriente impulsado por Donald Trump, presentándolo como un “paso importante hacia la paz”. En el texto se invocan principios como el respeto a los derechos humanos, el derecho internacional y la convivencia pacífica. Sin embargo, la lectura crítica revela varias tensiones preocupantes.
Retórica sin contraste con la realidad: el comunicado repite los argumentos del plan sin señalar las asimetrías de poder ni los efectos de imponer un “gobierno de transición” bajo tutela internacional. Omite la voz del pueblo palestino y sus demandas de autodeterminación, reproduciendo el lenguaje de la paz colonial.
Desplazamiento del legado pacifista: Costa Rica, históricamente reconocida por su desarme y por la defensa del derecho internacional, se alinea con una propuesta que ha sido denunciada globalmente por legitimar la ocupación. Este gesto erosiona la credibilidad de su política exterior y la distancia de su tradición humanista.
Neutralidad cuestionada: al presentar el plan como un esfuerzo multilateral, el comunicado invisibiliza que se trata de una iniciativa unilateral, diseñada en función de los intereses de Estados Unidos y sus aliados, no de un consenso internacional. Costa Rica, al respaldarlo, deja de lado su rol de mediador imparcial y se coloca como legitimador de una agenda externa.
Efecto pedagógico negativo: en clave educativa, el mensaje oficial transmite que la paz puede imponerse desde arriba, mediante acuerdos diseñados por potencias, y no como resultado de la participación democrática de los pueblos involucrados. Esta narrativa debilita la comprensión de la paz como construcción colectiva, justa y decolonial.
En suma, el comunicado de Costa Rica no es neutro: al legitimar el plan de Trump, se convierte en un instrumento político que reproduce la colonialidad internacional y contradice la tradición pacifista que el país históricamente ha reivindicado.
El valor del enfoque decolonial: mirar más allá de los discursos oficiales
Analizar la propuesta de Trump únicamente desde criterios diplomáticos o de seguridad resulta insuficiente, porque invisibiliza las estructuras históricas de poder que sostienen la ocupación. El enfoque decolonial nos invita a mirar más allá de los discursos oficiales y reconocer cómo la colonialidad —heredera del colonialismo moderno— continúa organizando la política internacional.
Este enfoque ofrece tres claves:
Visibilizar las relaciones de poder: muestra cómo las potencias occidentales imponen sus condiciones sobre territorios del sur global, negando la voz de los pueblos colonizados y presentando su dominación como “natural” o “inevitable”.
Desenmascarar el lenguaje de la paz colonial: términos como “desradicalización” o “zona libre de terrorismo” no son neutrales. Son herramientas discursivas para justificar la subordinación y el control, presentándolos como procesos civilizatorios.
Reivindicar la autodeterminación de los pueblos: la verdadera paz no puede imponerse desde afuera ni administrarse por potencias extranjeras. Solo puede construirse cuando los pueblos tienen la capacidad de decidir su futuro sin tutelas coloniales.
En este sentido, el enfoque decolonial no es un mero marco académico: es una herramienta ética y política para cuestionar la desigualdad global, las jerarquías raciales y las narrativas que legitiman la violencia. Adoptarlo permite comprender que el plan de Trump no es una solución, sino la continuidad de un orden colonial que niega el derecho palestino a existir como nación soberana.

La paz que no es paz
El plan de Trump no abre caminos reales hacia la paz, sino que institucionaliza un modelo colonial de control y administración sobre Gaza. Reconstrucción, seguridad y gobernanza se plantean desde afuera, bajo la lógica de las potencias y sin reconocer la soberanía palestina.
Costa Rica, al respaldar esta propuesta, se distancia de su propia tradición pacifista y refuerza la colonialidad global. La verdadera paz solo puede construirse desde la justicia, el respeto a la autodeterminación y el reconocimiento pleno de Palestina como nación.
Referencia:
El País. (17/11/2025). El ministro israelí de Finanzas asegura que Israel y EE. UU. negocian para dividirse la Franja de Gaza. El País. https://elpais.com/internacional/2025-09-17/el-ministro-israeli-de-finanzas-asegura-que-israel-y-ee-uu-negocian-para-dividirse-la-franja-de-gaza.html
Locatelli Santos, Juliano. (2022). El pensamiento decolonial como clave epistémica necesaria para la reconstrucción de los derechos humanos en y para Latinoamérica. Opinión Jurídica, 21(44), 394–418. Recuperado de https://revistas.udem.edu.co/index.php/opinion/article/view/3532
Swissinfo. (30/11/2025). Los 20 puntos del plan de Trump para la paz en Gaza. https://www.swissinfo.ch/spa/los-20-puntos-del-plan-de-trump-para-la-paz-en-gaza/90091743
