El registro fotográfico de Philippe Vangoidsenhoven en Cocles, con imágenes tomadas desde 2018, revela una transformación silenciosa pero profunda del paisaje costero. Lo que antes eran bosques, humedales y corredores de vida silvestre hoy aparece nivelado, cubierto de césped o intervenido por construcciones turísticas que avanzan sin freno.
Este cambio no ocurre de manera espontánea: responde a la presión inmobiliaria que ve en el Caribe Sur un espacio de especulación y ganancia rápida, aún a costa de la riqueza natural y cultural que caracteriza la región. A la par, la falta de seguimiento de las instituciones y la flexibilización ambiental se convierten en puertas abiertas para legalizar prácticas que deberían estar prohibidas, como el relleno de humedales o la ocupación de la franja pública de la Zona Marítimo Terrestre.
El registro también evidencia la contradicción institucional: intervenciones policiales, paralización de obras y denuncias oficiales que, pese a señalar irregularidades, no impiden que las construcciones continúen como si nada, incluso en zonas de bosque y humedales costeros.
El resultado es un paisaje que pierde complejidad y biodiversidad, sustituido por una estética foránea que borra la memoria ecológica del territorio. El registro fotográfico de Philippe no solo documenta un cambio físico; también interpela sobre nuestra responsabilidad como sociedad: ¿qué tanto estamos dispuestos a permitir que la especulación decida el futuro del Caribe Sur?
La voz del registro: Philippe Vangoidsenhoven
Esta área es regama, bosque de cientos de años, aunque ya quedaban pocos fragmentos. Lamentablemente, lo que hicieron fue construir de manera intensiva, lo que evidencia la magnitud de la intervención. Desde el 2018 empecé a denunciar la tala y los rellenos; ya en ese momento quedaba claro lo difícil que sería detener lo que estaba ocurriendo.
Recuerdo que una vez recibí un mensaje alertando sobre la tala. Avisé de inmediato y, por casualidad, la fiscal estaba en la zona. En menos de media hora llegó al lugar; fue como ganarse la lotería. Aun así, el daño ya estaba hecho. Todo está denunciado, todo está documentado.
Hoy algunos proyectos parecen haberse detenido, pero las huellas permanecen: terrenos vendidos, piscinas abandonadas, vegetación intentando abrirse paso otra vez. Sin embargo, jamás se recupera como era originalmente. Son demasiados años de intervención, demasiados años de perder un bosque que nunca volverá a ser el mismo.
Año 2018
Año 2021
Año 2022
Año 2023
Año 2024
¿Qué es REGAMA y por qué es importante?
REGAMA es el Registro de Áreas Silvestres Protegidas y Áreas de Gestión Ambiental en Costa Rica. En la legislación ambiental, identifica zonas de alto valor ecológico, incluyendo bosques, humedales y corredores de vida silvestre, donde la intervención humana está limitada o regulada estrictamente. Su importancia radica en que protege especies, ecosistemas y servicios ambientales, como la filtración de agua, la captura de carbono y la preservación de la biodiversidad. Cuando áreas registradas en REGAMA son intervenidas o rellenadas, como ocurre en Cocles, se pierde no solo cobertura vegetal, sino también memoria ecológica y resiliencia del territorio frente a la presión urbana e inmobiliaria.