Los extractivismos están entramados desde muy diversas dimensiones a lo largo de América Latina y el Caribe. Normalmente los reconocemos como la explotación minera, petrolera, la ganadería intensiva o la agroindustria. La tendencia que observamos es que cada vez se expanden hasta alcanzar los rincones más alejados en búsqueda de maximizar sus ganancias.
En primera instancia, estas actividades extractivas se presentan narrativas y justificaciones a través de los beneficios económicos y éxitos tecnológicos
que supone se articulan a su implementación.
A pesar de los trayectos históricos que unen nuestros territorios con estas actividades extractivas, entra las dudas sobre sus aportes económicos, y es
evidente el cambio del paisaje y el trastorno de las relaciones comunitarias.
Además, siguen siendo presentes las denuncias por sus impactos ambientales, centrados en la degradación y contaminación de la naturaleza, vinculadas directamente a sus prácticas extractivas y productivas.
Este documento pretende, invitar a repensar el momento actual de los extractivismos, problematizando esas promesas de bienestar ante las formas y modos que adquiere en nuestras sociedades.
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