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Una vez más, racismo institucional

Este 19 de setiembre del 2024 se dictaminó la absolución de Juan Eduardo Varela por el homicidio del líder indígena Jehry Rivera, una resolución que decide evadir  las acciones de violencia perpetradas, remarca que es una «cosa»  entre indígenas, delega la responsabilidad a un «Estado» que no ha asumido la responsabilidad y enuncia un posicionamiento sesgado a favor de la legitimación del despojo territorial indígena tildándolo de estar rodeado de «aspectos oscuros» y un deber de respeto a una supuesta «institucionalidad».

A pesar que un señor identificado como Juan Eduardo Varela Rojas confesó en una actividad pública frente al viceministro de Justicia (2021), haber sido la persona que asesinó a Jehry Rivera Rivera.

El párrafo anterior, nos lleva de nuevo a la necesidad constante de problematizar las instituciones que están presentes en nuestras sociedades, tribunales que deciden «abstenerse» de su responsabilidad, que aluden a un «Estado» que no ha tomado las acciones para la resolución del conflicto, que es un asunto entre indígenas y que hay una institucionalidad que debe ser respetada, que al mismo tiempo, debemos entender que es aquel «Estado» que no ha asumido su responsabilidad.

Esta maraña de contrasentidos, representa lo que podemos comprender como «Racismos Institucional», es decir esas formas y modos que nuestras instituciones (incluido el Poder Judicial) ha interiorizado a través de los diversos trayectos históricos la «superioridad» de una supuesta «blanquitud», que se manifiesta en  ideas, nociones, estereotipos y prácticas de discriminación, marginación y exclusión que diversos pueblos indígenas, afrodescendientes han sido víctimas.

Estos legados de violencia de los procesos de colonialismo y esclavitud, siguen entramado en nuestras sociedades, por esta razón, ante la presencia de actos como este, así como muchos otros, se vuelve una obligación ética, política y pedagógica revindicar una justicia epistémica y levantar la voz y denunciar su presencia y rechazar la normalización de estos discursos, instituciones y prácticas.

Les compartimos esta infografía para invitar a esta reflexión.

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