El pasado mes de julio se publicó por parte de Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas el Informe del Relator Especial sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ambientalmente racionales de las sustancias y los desechos peligrosos realizado por Marcos Orellana, y el cual se tituló «El derecho a la ciencia en el contexto de las sustancias tóxicas».
Este documento nos propone reflexionar sobre una situación que junto a la crisis climática, está marcando nuestra época, el aumento de las actividades industriales en diversos ámbitos alimentarios, construcción, agroindustria, transporte, minería, entre otros campos, ha traído consigo repercusiones sensibles sobre nuestro bienestar como seres humanos, pero también sobre nuestros ecosistemas.
La contaminación y la exposición a sustancias tóxicas representan un riesgo latente y que al día de hoy es una señal del agotamiento y daño que está sufriendo nuestro planeta, situaciones como los microplásticos, los derrames de sustancias, la contaminación de las aguas con desechos industriales, la fumigación con agrotóxicos, entre otras, no representan amenazas aisladas, sino que son situaciones que llegan a nuestros hogares, nuestras comidas o productos de consumo son portadores en muchas ocasiones de estas sustancias.
Es así, como este informe nos llama la atención sobre esta situación que nos interpela a estar alertas, vigilantes de los procesos legales que suceden en nuestros congresos, sino también a estar informados sobre aquellos avances científicos que procuran cuidar de nuestra salud y la de nuestros ecosistemas.
Les compartimos esta infografía que nos dan algunas ideas al respecto de la situación que estamos atravesando, e invitan a profundizar la lectura de este informe.
Pueden descargar el informe completo aquí.
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