
Este 21 de abril despedimos al Papa Francisco, cuya voz clara marcó profundamente la reflexión contemporánea sobre los bienes comunes. En su encíclica Laudato Si’ (2015), Francisco denunció con firmeza la apropiación y destrucción de aquello que pertenece a todos: el agua, el aire, los bosques, la biodiversidad, los saberes, los territorios.
Su llamado a una ecología integral nos invita a repensar nuestras relaciones con la naturaleza y entre nosotros, reconociendo que los bienes comunes no son mercancías, sino herencias compartidas que deben ser protegidas colectivamente.
En homenaje a su legado, compartimos esta infografía que recoge los principales aportes de Laudato Si’ desde la perspectiva de los bienes comunes. Que este mensaje siga siendo semilla de esperanza y acción para quienes luchan por una vida digna y un planeta habitable.
Laudato Si’ también reconoce y valora la labor de quienes defienden el ambiente y los territorios frente a proyectos extractivos, muchas veces a costa de su seguridad y su vida. Francisco les dio un lugar central como guardianes de la casa común y testigos del clamor de la tierra y de los pueblos.
«El ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos.» – Laudato Si’, 95
Diálogo ecuménico, interreligioso y con personas no creyentes

Laudato Si’ propone una respuesta amplia y solidaria ante la crisis ecológica, basada en el diálogo entre credos y convicciones. El Papa Francisco destaca la necesidad de un diálogo ecuménico entre iglesias cristianas, un diálogo interreligioso con otras tradiciones espirituales, y un diálogo abierto con personas no creyentes que comparten la preocupación por el planeta.
Este enfoque reconoce que el cuidado de la casa común es un desafío ético, cultural y humano, más allá de las diferencias de fe. Lo que está en juego es la dignidad de la vida, la justicia social y el equilibrio de la Tierra.
Esta alianza amplia permite:
Compartir valores como la solidaridad, el respeto por la vida y la responsabilidad común.
Construir puentes entre espiritualidades y saberes laicos.
Fortalecer un movimiento global por la justicia ecológica y social.
Francisco reconoce que muchas personas no creyentes, desde la razón, la ciencia o la ética, han asumido un compromiso activo con la defensa de los bienes comunes. Laudato Si’ los incluye como aliados fundamentales en el camino hacia una ecología integral.
“No podemos dejar de reconocer que también fuera de la Iglesia católica, y en otros ámbitos, se desarrollan valiosas reflexiones sobre estas cuestiones” (LS, 7)
