A partir del discurso presidencial del Sr. Rodroga Chaves Robles ante la Asamblea Legislativa del pasado 2 de mayo, reflexionamos sobre qué dijo en torno al ambiente. En líneas generales, estamos ante un gobierno que considera la naturaleza como proveedora de bienes e ignora las diversas relaciones que establecemos para su cuido, disfrute y defensa. Esto se nota, ante las omisiones evidentes de todas las movilizaciones locales que se generan en defensa o denuncia de los diversos atropellos de empresas privadas, gobiernos locales o del gobierno nacional.
Por esta razón, nos parece importante hacer hincapié en que estamos ante una noción de ambiente que privilegia y legitima relaciones extractivistas y financierizadas de la naturaleza, es decir, una propuesta de negocios y a corto plazo.
Ante esto, nos preguntamos si el tan mencionado jaguar, al final de este gobierno extractivista, ¿tendrá algún lugar para vivir?
¿Por qué hablar del fantasma del ecofascismo? Nos aproximamos a una intensificación de los conflictos socioambientales, los efectos de la crisis ecológica presiona la disposición de los bienes naturales, sociales y culturales de nuestras sociedades. En pocas palabras un caldo de cultivo para el reposicionamiento del capitalismo, racismo, colonialismo y patriarcado.
Es decir, la posibilidad real de la agudización de las desigualdades socioambientales, a través de la defensa de los privilegios de los sectores dominantes; criminalización, represión, despojo y expulsión. Es así como la disputa de la reconfiguración de los territorios es una situación latente.
El ecofascismo, resume una posible salida a la crisis ecológica, es decir la reconfiguración de los territorios a través del despojo e imposición de las condiciones necesarias para el sostenimiento y reproducción de los privilegios de clase, género y raza.
Por esta razón, se torna imprescindible preguntarnos ¿para qué conservar? y ¿para quienes? Es aquí que el enfoque de la justicia socioecológica nos brinda algunos elementos necesarios para replantearnos las dimensiones de nuestros análisis y compromisos éticos, políticos y pedagógicos mediante los cuales abordar la actual crisis ecológica
Ante las soluciones propuestas por los sectores dominantes, se observa la continuidad de ciertas tendencias:
La necesidad del capitalismo por abaratar todos los costes de producción.
El avance de las fronteras extractivas hacia lugares cada vez más remotos.
Lo anterior en favor de un modelo dominante caracterizado por alto consumo energético, dependiente de la agroindustrial, de la producción y transporte de manufacturas, entre otras dimensiones.
Esta propuesta procura problematizar las implicaciones de un modelo de gestión ambiental que valida y legitima un imaginario de sociedad, en la cual Estados, Gobiernos, Empresas y el Sistema Financiero crean soluciones a la crisis climática a partir del mercado, los precios y la tecnología, en este escenario ¿Qué lugar tienen las brechas de desigualdades socioambientales presentes en nuestras sociedades?
Pueden ver también nuestra entrevista sobre este tema «Bocetando los Ecofascismos: Apuntes desde el Ambientalismo Burgués» con Melissa Moreano.
A partir de 15 puntos, nos presentan las principales tensiones que ha promovido la ejecución de la administración, la cual se ha centrado por promover la desregulación y privatización de la materia ambiental en Costa Rica. Esta postura trae consigo importantes cambios que van desde la erosión de la participación ambiental por parte de las comunidades y la sociedad civil, hasta rozar proyectos como la exploración petroléra en el Caribe y la Zona Norte.
Esto nos lleva a poner especial atención ¿Cuál será la deriva en materia ambiental para los próximos años?
Para profundizar esta reflexión, les compartimos esta infografía que procura recuperar las distintas acciones de este gobierno a través de dimensiones de política que ha impulsado la actual administración, para que podamos dialogar en torno a la pregunta ¿Qué nos espera?