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Bioinsumos corporativos: Interés genuino o negocio interesado

Aprovechamos la publicación del informa de GRAIN «Bioinsumos corporativos: El nuevo negocio tóxico de la agroindustria» para reflexionar sobre esta tendencia que está impactando los campos y la producción agrícola a nivel mundial. Nos preguntamos ¿Cuáles son las tensiones que representa esta incursión corporativa?

Para las personas campesinas, los bioinsumos representan saberes y prácticas cotidianas que han utilizada generación tras generación, al mezclar diversos productos naturales para buscar la protección y fertilización de sus cultivos y suelos. Sin embargo, desde 1990 diversas compañías han empezado a explorar estos saberes y prácticas con el fin de generar «oportunidades» de negocios para la venta, sin embargo, en este proceso tenemos acciones que van desde la privatización a través de patentes de procesos y secuencias genéticas hasta modificaciones genéticas.

Con el incremento de las afectaciones del uso de agrotóxicos y la oleada de prohibiciones de este tipo de sustancias en distintos países, ha generado un interés creciente de estas empresas por impulsar esta rama de negocios, dado que al mismo tiempo, representa una «alternativa» más rápida y barata, sin embargo, para estas mismas corporaciones, sus prácticas no desaparecen, y desarrollan mecanismos de uso similares a los agroquímicos, es decir, usos intensivos de aplicación.

El dato más significativo y que refleja el tipo de interés que sostienen estas empresas, es que estos bioinsumos corporativos se presentan como «complementos» a sus paquetes de agroquímicos, es decir, dependencia a los «cocteles» de siempre.

Les invitamos a reflexionar sobre estas tendencias «amigables» al ambiente, que siguen profundizando las estrategias de «greenwashing» corporativo.

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¿Derecho a la tierra? Campesinado en Finca Dos Ríos – Conversamos con Fredy Cooper y Bolivar Méndez

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La tierra es de quien la trabaja, es de quién la asiste, del que está ahí (…) Vale la pena; la tierra vale la pena.” Con estas palabras, Don Fredy Cooper empieza a describir el vínculo íntimo con su entorno que las campesinas y campesinos como don Bolívar Méndez vecinos de la comunidad de Dos Ríos en Guácimo de Limón han desarrollado durante más de 10 o hasta 20 años. Campesinos como Don Fredy han dedicado su vida a trabajar la tierra, antes dedicada al monocultivo del banano, y hoy produce una variedad de alimentos como pipa, yuca o maíz que además de ser el sustento de las familias campesinas, alimentan a todo un país. Don Bolívar, con más de 23 años trabajando la tierra que una vez fue parte de la bananera Dos Ríos, expresa la angustia y el trauma que le genera la posibilidad de perder lo que ha construido con tanto esfuerzo: «Nos tienen martirizados», dice al referirse a las amenazas de desalojo que representan una constante incertidumbre sobre el futuro. Su labor—al igual que la del campesinado de la zona—, ha enfrentado una serie de violencias sistemáticas desde los desalojos de la mano de la Fuerza Pública, pasando por demandas y diversas amenazas marcadas por la complicidad y ausencia del Estado costarricense.

Dentro de las perspectivas de Don Fredy y Don Bolívar, encontramos una serie de matices puesto que Don Fredy evita profundizar dentro del conflicto enfocándose en la interdependencia entre el campo y la ciudad, destacando no sólo la relación íntima del campesinado con la tierra, sino que afirmando de forma orgullosa que sin campesinos las ciudades no podrían sobrevivir.“Vivir en el campo es algo lindo, algo especial” afirma Don Fredy al contemplar de forma emotiva no sólo la labor esencial de las personas agricultoras. Don Bolívar, por otro lado, centra su relato en la injusticia del sistema legal que permite que las personas terratenientes tengan no sólo al Estado, sino al sistema legal de su lado ignorando de esta forma décadas de trabajo comunitario. Frente al proceso complejo y tortuoso que conlleva el obtener la titulación de sus parcelas, el campesinado costarricense se enfrentan diariamente a la incertidumbre de ser víctimas de un desalojos a pesar de contar con varios años establecidos en las parcelas

Al reflexionar acerca de las condiciones de las y los campesinos en la actualidad, las palabras alrededor de la respuesta de Don Fredy y Don Bolívar gravitan

alrededor del carácter duro y complicado de la venta de sus productos a terceras personas, al igual que la inestabilidad del mercado a causa de la oferta injusta de precios para la compra de la producción campesina la cual es exportada o traída a grandes cadenas de supermercados nacionales- dejándose estos últimos la mayoría de la riqueza producida por manos campesinas-. Ambos testimonios nos invitan a entablar una reflexión acerca del rol del campesinado como el latido de las civilizaciones, que más allá de una relación productiva con la tierra, es una relación ontológica al presentarnos una forma de estar en el mundo que se aleja de la dominación al tejer la vida y el sentido desde el respeto por la tierra. Las amenazas constantes vinculadas a los desalojos atestiguadas por los vecinos de la finca Dos Ríos más allá de despojarles de su medio de vida, es un despojo por parte del Estado costarricense de la dignidad y el derecho de estas personas frente a intereses comerciales que reducen la tierra a un carácter mercantil. Al afirmar que la tierra es para quien la trabaja Don Freddy asume esta frase como una consigna ética de resistencia y reivindicación del derecho a existir en un lugar propio bajo modos de vida alternativos a la lógica del capital.

Artículo realizado a partir de las entrevistas a Fredy Cooper y Bolívar Méndez por María Jimena Tercero Herrera – Observatorio de Bienes Comunes. 

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¿Qué pasa en Penshurt? Conversamos con la Asociación de Desarrollo

Conversamos con la Asociación de Desarrollo de Penshurt para conocer de primera mano el contexto que enfrenta este pueblo del Caribe costarricense y reflexionamos sobre la importancia de la participación de las personas para la búsqueda de una mejor calidad de vida.

Esta actividad se hizo en el marco de nuestro proceso de reflexión junto a la Asociación «Procesos participativos y liderazgos comunales»

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Vivir el espacio público: La experiencia del Barrio Colonia del Sur conversamos con Mercedes Castro

Conversamos con Mercedes Castro vecina del Barrio Colonia del Sur y coordinadora del Comité de Bienestar Animal, reflexionamos sobre los desafíos que enfrenta la convivencia en los barrios y la importancia del trabajo colectivo en la protección y disfrute de los espacios públicos como lugares y momentos para la sensibilización de las personas que lo habitan.

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Al respecto del FESS: Además del presupuesto…¿Para quién la universidad?

Aprovechamos las negociaciones del FESS, dónde los ánimos se crispan, para recordarles a las distintas instancias que «disputan» los porcentajes, qué la Universidad debe ser disputada también en las lógicas que la constituyen, por esta razón, con motivo de la publicación del CLACSO del libro titulado «Derecho a la universidad Pospandemia y trabajo docente de Héctor Cancela Bosi, Agustín Cano Menoni y Anabella Lucardi«. Les invitamos a reflexionar sobre el lugar de la universidad en nuestras sociedades, pero también, ¿A quiénes debe responder?

El proyecto EC 518 ha sido testigo de las contradicciones de la Universidad Pública, ha escuchado y vivido los argumentos que buscan justificar los recortes como condiciones necesarias, además, de la supuesta realidad de  «reducir», ya que cuestionan la idoneidad presupuestaria de las labores de la Universidad por extender su accionar.  Por esta razón, no nos parece muy convincente las aparentes contradicciones, en el fondo, en su práctica cotidiana, estos actores que negocian, tienen concepciones similares en torno a la mercantilización de la universidad.

¿Por qué decimos esto? Simplemente por lo estamos viviendo día a día, la erosión de las condiciones dignas de nuestro trabajo.

¿Qué proponemos? Estas autoridades universitarias y de gobierno deben recordar, que la Universidad Púbica Latinoamericana y Caribeña, tiene sentido en el tanto se reconozca como parte de esas sociedades que son atravesadas por las injusticias sociales y coloquen como principios de su accionar a los sectores populares, en su atención, en la reivindicación de sus derechos  y su inclusión en todas las instancias que la conforman.

Por esta razón, hablar de Universidad Pública en nuestros territorios, no es algo accesorio, es un compromiso en la práctica política, ética y pedagógica.

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«ah no, no, vean el desastre, cortaron 23 árboles»: Reflexionamos sobre la importancia de los árboles

A partir de las desafortunadas declaraciones del presidente de Costa Rica Rodrigo Chaves al «ningunear» los eventos de tala en Gandoca Manzanillo, en Limón. Aprovechamos para invitar a reflexionar sobre la importancia que tienen los árboles como parte de ese entramado de la vida en los ecosistemas de nuestros territorios.

Contrario al sentido común, estos entramados de la vida, hoy en día, son amenazados al ser forzados por el agotamiento y la contaminación, que imposibilitan sus condiciones de reproducción. Los bosques, son parte de esos entramados que están siendo erosionados.

La situación de agotamiento que atraviesan estos bienes naturales pasa por la expansión de actividades extractivas, una de ellas es precisamente la tala de árboles, que influye en la desconexión de los entramados, estos son los que permiten la interacción de diversas especies y de esta manera, crear las condiciones no sólo para la conservación, sino la potencialidad de la reproducción ampliada de la vida.

Sin embargo, situaciones como la que está ocurriendo en Gandoca, reflejan la intensidad del cercamiento de los bienes naturales que está siendo profundizado en nuestros territorios, y las declaraciones presidenciales, sólo son muestra de una clase política indiferente, que prioriza los negocios  por encima de la protección de la vida.

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Los desafíos de Crucitas siguen ahí: «Clima de negocios» Inversiones, ambiente y derechos humanos

En el marco del cierre del proceso de litigio internacional en el CIADI entre Costa Rica e Infinito Gold por el caso de la explotación minera en Crucitas, se dio la comunicación que la empresa minera y el gobierno de Costa Rica pidieron poner fin al proceso de nulificación del laudo arbitral (ver nota prensa aquí).

Este evento dio espacio para una amplia variedad de intervenciones públicas, las autoridades públicas tales como, gobierno y algunas diputaciones han celebrado la posibilidad que abre este escenario para la explotación minera de la zona:

Gobierno

MINAE 19 de julio 2024: Gobierno no descarta que Infinito Gold participe en Crucitas

Diputaciones

Empresarios-Políticos

Colegio profesional

29 junio 2024 Ahora sí llegó la hora de “comernos la bronca” con Crucitas: Colegio de Geólogos

Se podría continuar la lista de intervenciones, sin embargo, queremos llamar la atención sobre lo que no se menciona, y son las deudas que tiene el país con marco jurídico que evite una situación similar a la que se vivió en torno a este conflicto socioambiental.

Es común la noción por parte de estos sectores políticos y empresariales de hablar de un «clima de negocios», es decir, ofrecer las condiciones propicias a las figuras de inversionistas (personas-empresas) para que puedan instalar y realizar sus actividades de la forma más expedita. Esta simplificación de lo que se entiende por «desarrollo económico», constantemente olvida las implicaciones negativas que tienen las actividades en el ambiente, así cómo, las afectaciones en las personas y comunidades que viven cerca de las actividades que promueven estas inversiones.

En muchas ocasiones, estos mismos marcos jurídicos desconocen la figura de las personas defensoras de derechos humanos y defensoras ambientales, lo cual les vuelve vulnerables ante acciones legales que buscan minimizar y criminalizar sus labores de denuncia. Un claro ejemplo de esta vulnerabilidad son las declaraciones del presidente Rodrigo Chaves en torno al descarte del Acuerdo de Escazú (instrumento jurídico que reconoce la figura de defensor ambiental) cuando señaló que gracias a esta decisión «El sector privado puede estar tranquilo» (nota de prensa 3 de mayo 2022).

Crucitas fue un claro ejemplo de una promoción de inversiones en dónde la perspectiva de derechos humanos y protección ambiental fue desestimada, marcos regulatorios débiles y una institucionalidad que se colocó como promotora de la actividad económica, «olvidando» su obligación como garante de los derechos humanos y protección ambiental.

Actualmente estamos de nuevo en la misma encrucijada, tenemos una presión de sectores empresariales-políticos por la explotación minera,  cómo sucedió hace más de 15 años y que reflejan el poco o nulo interés en las dimensiones ambientales y de derechos humanos. Fue necesario un desgastante proceso judicial por parte de las personas defensoras ambientales, así como juicios de la empresa en su contra, derivando en un largo laudo internacional, que finalizó este 2024.

Ante este desafío, queremos retomar las reflexiones del informe «Inversiones, ESG y Derechos Humanos» elaborado por Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.  En este documento nos dan elementos para reflexionar sobre las implicaciones que tienen los vacíos que persisten en nuestros marcos jurídicos relacionados a la promoción de actividades económicas y productivas en torno a la garantía de los derechos humanos y la protección ambiental.

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