WhatsApp Image 2025-06-23 at 10.11.09 AM

La vida campesina aún importa: estudiantes visitan Finca Dos Ríos en Guácimo

Ni la lluvia intensa de esa mañana pudo detener la visita de la clase de Economía Política Global y Desarrollo de la Escuela de Ciencias Políticas a la Finca Dos Ríos en el cantón de Guácimo. En medio de caminos complicados y realidades invisibilizadas, el grupo de estudiantes universitarios compartió con familias campesinas que, desde hace más de dos décadas, resisten en condiciones de abandono institucional y violencia estructural.

La Finca Dos Ríos es un ejemplo palpable de cómo la injusticia no se vive en abstracto, sino en cada cultivo sin certeza de cosecha, en cada vivienda improvisada por miedo al desalojo, en cada año que pasa sin que el Estado brinde respuestas efectivas. Desde que una empresa bananera abandonó la finca, trabajadores y trabajadoras quedaron a su suerte, sin derechos reconocidos y en medio de procesos judiciales interminables. Hoy, muchas de esas personas siguen luchando por el derecho a existir en el territorio que han cultivado durante décadas.

Durante la visita, los estudiantes conocieron a líderes campesinos que vienen defendiendo sus derechos, quienes compartieron el largo trayecto de resistencia colectiva: desde la ocupación legítima de tierras abandonadas, hasta la construcción de caminos con sus propias manos. Este intercambio evidenció la fragilidad jurídica en la que viven estas familias, pero también su fuerza organizativa y su defensa del territorio como un bien común.

La responsabilidad de una universidad pública no se agota en el aula: se extiende hacia el compromiso con las voces campesinas, que no solo denuncian injusticias, sino que construyen conocimientos, propuestas y formas de vida sostenibles. Frente a un modelo que tiende a privatizar y mercantilizar la tierra, las comunidades de Finca Dos Ríos nos recuerdan que ésta no es solo un recurso, sino la base de la dignidad, la soberanía alimentaria y la justicia social.

La pregunta que queda flotando tras la visita no es solo por el futuro de estas familias, sino también por el futuro de una universidad que se desentienda de estos territorios: ¿puede una institución pública considerarse comprometida si ignora a quienes sostienen con su esfuerzo los alimentos que consumimos día a día?

Más allá del aprendizaje académico, la experiencia representó un ejercicio concreto de diálogo entre universidad pública y sectores históricamente marginados. En palabras de varios estudiantes, la visita permitió cuestionar el papel de la universidad en una sociedad profundamente desigual. ¿Es posible una educación crítica si se desconoce el sufrimiento cotidiano de quienes enfrentan la exclusión desde sus parcelas?

Cuerpos marcados por el abandono: una reflexión desde la piel de la ruralidad

En los rostros cansados, las manos curtidas y las enfermedades no tratadas, se manifiesta de forma cruda cómo el proyecto económico dominante y las decisiones de política pública han marcado los cuerpos campesinos. No es solo la tierra la que sufre el abandono, es también el cuerpo humano el que carga las huellas de décadas de políticas que han priorizado la concentración de la riqueza, la exportación agroindustrial y la urbanización, mientras despojan al campo de inversión, acceso a salud, agua o caminos transitables. Las enfermedades respiratorias por la humedad de casas inadecuadas, los dolores crónicos sin atención médica, el desgaste físico de quienes siembran sin maquinaria ni garantías legales, todo habla de un modelo que ve a la ruralidad como un excedente, como un paisaje que se explota o se ignora. En Finca Dos Ríos, el cuerpo campesino no es solo un testimonio vivo de trabajo, sino también un archivo de la exclusión y una trinchera de resistencia cotidiana frente a un Estado que no llega, y un mercado que sólo aparece para desalojar.

Contra la economía del despojo: por una economía centrada en la vida

La realidad de Finca Dos Ríos es el reverso silenciado del relato de éxito de la economía global dominante. Mientras el discurso oficial celebra el crecimiento, la inversión extranjera y las cadenas globales de valor, en los márgenes rurales se acumulan las consecuencias: abandono estatal, precariedad persistente y una vida campesina criminalizada o invisibilizada. Esta economía —basada en la lógica del extractivismo, la privatización y la mercantilización de la tierra y la vida— no reconoce el valor de las personas fuera de su productividad monetizable, ni el valor de la naturaleza más allá de su rentabilidad.

En este marco, la tierra deja de ser espacio de vida para convertirse en activo de especulación. La comunidad es reemplazada por el individuo competitivo. La producción campesina se ve desplazada por monocultivos exportables. La economía se vuelve un fin en sí mismo, sin arraigo, sin ética, sin mundo común.

Frente a esto, la experiencia de lucha en Finca Dos Ríos es también una propuesta. Es un recordatorio de que otra economía es posible: una que no se mida solo en índices financieros, sino en bienestar colectivo, cuidado del territorio, y vínculos que sostienen la vida. Una economía que reconozca a la tierra como un bien común, y a la persona humana como sujeto de derechos y no solo como fuerza de trabajo o consumidor.

Esta visión exige descentrar al mercado como principio organizador de la vida. No para reemplazarlo por una estatalidad omnipresente, sino para abrir paso a otras formas de organización social y económica, donde las decisiones se tomen desde abajo, desde las comunidades que habitan y cuidan los territorios. Donde el valor no se mida solo en dinero, sino en dignidad, autonomía, reciprocidad y sostenibilidad.

Derecho a la tierra, luchas campesinas y descolonización de la universidad

El derecho a la tierra no es solo una demanda legal; es una afirmación de vida digna, autonomía y justicia histórica. En territorios como Finca Dos Ríos, la tierra es más que un recurso económico: es sustento, identidad, espacio de memoria y proyección de futuro. Las luchas campesinas por la permanencia en sus parcelas, por el reconocimiento de su trabajo y su vínculo con el territorio, nos interpelan como sociedad y, especialmente, como universidad pública.

En cada paso por los caminos de tierra abiertos por la comunidad, en cada palabra dicha bajo la lluvia por quienes siguen cultivando pese al despojo, se revela una verdad incómoda: la universidad, muchas veces, ha estado más cerca del archivo y de la técnica, que de las comunidades que sostienen la soberanía alimentaria del país. Pero encuentros como el vivido en Guácimo muestran que otra universidad es posible: una que se descentra, que descoloniza sus métodos y saberes, que escucha y se deja transformar.

Acompañar estas luchas no significa resolver de inmediato sus conflictos, pero sí implica asumir un compromiso activo por visibilizarlas, por generar conocimiento desde el diálogo y por reconocer que la palabra campesina también es lugar de saber. En tiempos donde la universidad corre el riesgo de volverse una burbuja técnica, indiferente a las desigualdades estructurales, el intercambio con las comunidades rurales representa una oportunidad para repensar su función social, su raíz pública y su capacidad de contribuir a la transformación de un país más justo y plural.

Galería
reducida

Voces desde Finca Dos Ríos: cuando la tierra espera y la justicia no llega


En esta entrevista realizada por el Observatorio de Bienes Comunes, Freddy Cooper, campesino de Finca Dos Ríos, comparte el testimonio sobre las múltiples injusticias que enfrentan las familias campesinas de la zona: inseguridad jurídica, procesos judiciales prolongados, amenazas de desalojo y falta de acceso garantizado a la tierra. Sus palabras reflejan la lucha diaria por la supervivencia, el derecho a producir alimentos y la dignidad del trabajo en el campo.

Incertidumbre en la finca: así se siente la injusticia desde el campo

En Finca Dos Ríos, la injusticia no se vive en abstracto: se siente en cada siembra que no puede cosecharse con tranquilidad, en cada vivienda que no se mejora por temor al desalojo, y en cada noche en vela esperando una resolución que nunca llega. Freddy Cooper y otras familias campesinas enfrentan una cadena de agravios —inseguridad jurídica, procesos judiciales sin fin, presiones para abandonar sus tierras, falta de acceso a servicios básicos— que deterioran su salud, su calidad de vida y su derecho a existir en el territorio que han trabajado por décadas. Esta situación no solo amenaza su sustento, sino también el tejido comunitario y la soberanía alimentaria que sostienen con su esfuerzo diario.

  • Inseguridad jurídica sobre la tierra:
    Las familias viven sin certeza legal sobre su derecho a permanecer en las parcelas que habitan y cultivan desde hace años, lo que genera miedo constante a ser desalojadas.

  • Procesos judiciales interminables:
    Los juicios relacionados con la tenencia de tierra llevan más de una década sin resolverse, prolongando la incertidumbre y postergando soluciones.

  • Presiones y amenazas de desalojo:
    Algunas personas han sido obligadas a salir; otras viven bajo amenazas constantes, lo que afecta su salud emocional y física.

  • Deterioro de las condiciones de vida:
    Por miedo a invertir en mejoras, como cavar pozos o construir viviendas, muchas familias viven sin acceso a agua potable ni condiciones adecuadas de vivienda.

  • Pérdida de salud y calidad de vida:
    El estrés, la angustia y la inseguridad impactan en la salud mental y física de las personas, especialmente de adultos mayores y niños.

  • Despojo silencioso:
    Mientras la institucionalidad retrasa soluciones, han aparecido supuestos nuevos propietarios con documentos que presionan para negociar la salida de los campesinos.

  • Erosión del arraigo y el tejido comunitario:
    La salida forzada de familias rompe vínculos sociales y elimina formas de vida basadas en la solidaridad, el cultivo y la pertenencia al territorio.

IMG_0190web

¿Qué significa resistir en el campo cuando la justicia no llega? Conversamos con Mariano Zúñiga

En esta nueva entrega del Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales y el CIEP-UCR, visitamos la finca Dos Ríos  y conversamos con don Mariano Zúñiga Pérez, presidente de la Asociación de Productores de la finca Dos Ríos El Camaroncito. Su testimonio es una radiografía cruda y honesta de lo que implica habitar y sostener la vida en territorios donde las instituciones fallan, donde el acceso al agua, a caminos dignos y a la seguridad jurídica son una lucha diaria.

Con serenidad, pero con firmeza, don Mariano nos habla de años de gestiones sin respuesta, de la paciencia activa de quienes siguen sembrando y cuidando la tierra mientras esperan justicia.

🎧 Escuchá esta conversación y acompañanos a sentir y entender los saberes y resistencias que florecen en medio de la adversidad.

IMG_3225

Campesinado en Finca Dos Ríos ¿Aún tiene relación la tierra y la justicia social?

Conversamos con Bolívar Méndez para conocer de cerca el contexto que viven las personas campesinas en la Finca Dos Ríos en Guácimo de Limón (Costa Rica), él fue trabajador bananero, la empresa dónde trabajó hace más de 25 años se dio a la quiebra y le quedaron debiendo salario, vacaciones y prestaciones, a pesar de esta situación, decidió trabajar la tierra y producir el alimento que muchas personas se llevan a su mesa ¿Qué está pasando con estas personas campesinas? ¿Se reconoce el trabajo de estas personas y la deuda que se acumuló? Reflexionamos sobre justicia social y campo.

cabecera desalojo

Alianza Campesina Informa: 18 de julio del 2023 Desalojo del Asentamiento de Monteverde

   
¿Justicia para quién?

El pasado 18 de julio del 2023, se ejecutó el desalojo del Asentamiento de Monteverde por parte de la Fuerza Pública y seguridad privada. A través de la destrucción de las casas y cultivos se quiere amedentrar a las personas campesinas. Este desalojo se hace en el marco de las negociaciones con el INDER que la Alianza ha venido impulsando desde el 2022 para que reconozca declaratoria de interés público esta problématica,  para suspender los desalojos, y se inicien procesos de compra de la tierra.

La problemática de fondo, es el derecho a la tierra para las personas campesinas, que actualmente están siendo violentados y marginada su situación de deterioro. Además, el reconocimiento de la tierra campesina, es otra forma más para luchar contra el hambre y la crisis socioecológica, dado que las formas y modos de trabajo del campesino, responden a formas sostenibles de producción, pero también de protección de la biodiversidad y patrimonio cultural.

ImagenPDF

Fotos del Asentamiento y del día del Desalojo

Algunos videos que nos ayudan a comprender el contexto

Momentos del desalojo

¿Qué es un desalojo?

¿Cuál es la situación de las negociaciones con el INDER?

¿Cómo se vive en el Asentamiento Monteverde?

previa chica

Sentires y saberes: Tierra y exilio en la vida de doña Chica: Movimiento campesino y lucha contra la opresión.

Les compartimos nuestra entrevista a la dirigente campesina Francisca Ramírez, que nos cuenta su experiencia como lideresa, los desafíos que representó la lucha campesina nicaragüense contra el proyecto del canal interoceánico y las consecuencias del exilio que afrontaron al desafiar el poder. ¿Qué significa la tierra? ¿Para qué organizarnos? ¿Por qué enfrentarse al poder? Son parte de las reflexiones que compartimos con doña Chica.