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Boletín Sentires y Saberes: ¿Qué es el Protocolo de Nagoya? – Documento e Infografía

¿Han escuchado sobre el Protocolo Nagoya?…

Nosotras y nosotros tampoco lo conocíamos, por esta razón hemos preparado este boletín e infografía para que podamos acercarnos a las implicaciones que tiene para nuestros territorios y vidas. Intentamos responder: ¿por qué debe preocuparnos? ¿quienes se benefician? ¿quienes pierden? y lo más importante, visibilizar lo que no están hablando sus defensores.

Con esto queremos llamar la atención que hay una disputa por la concepción y prácticas en torno a la biodiversidad presente en el Protocolo de Nagoya, que se presenta como pieza clave en esta tendencia de mercantilización de los bienes comunes.

Al final es una invitación para reflexionar sobre ¿Cuál sentido de biodiversidad está orientando a nuestros países?

Les invitamos a leerlos y compartirlos.

Pueden descargar el material aquí:

Infografía

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Explorando las venas abiertas de los bienes comunes: La tierra y la soberanía alimentaria – Artículo e infografía Semanario Universidad

 

¿Es lícito confundir la profundidad de una clase con el bienestar de un país?
Eduardo Galeano

Parece curioso hablar sobre la tierra en tiempos de la exacerbación tecnológica y la economía del conocimiento; sin embargo, reflexionar sobre la situación de la tierra en Costa Rica no es un asunto menor. La tierra es un bien común no renovable, que nos alberga y garantiza muchos otros (agua, bosques, biodiversidad, alimentos), que tiene un lazo intrínseco para el sostén de la vida. Por ello, resulta relevante cuestionarnos: ¿En qué situación se encuentra el uso y tenencia de la tierra?

Una de las principales dimensiones que nos ayudan a caracterizar la “salud” de la tierra en nuestras sociedades es la forma y modo en que se encuentra distribuida. Por esta razón, nos gustaría dar algunas pistas al respecto. Si miramos el Censo Agropecuario del 2014, nos enteramos de que el país cuenta con una extensión de 2,4 millones de hectáreas con fincas agropecuarias. Esto es casi el 47% de la superficie total del territorio nacional.

Según el Plan Nacional de Agricultura Familiar de Costa Rica 2020-2030, solamente el 26% de todas las fincas forma parte de la agricultura familiar. Estas se destinan a todos los usos (pasto, bosque, siembra) y su extensión promedia las 12.6 hectáreas. Otro 56% del total de la superficie con producción agropecuaria, corresponde a fincas de 100 o más hectáreas. Es significativo el número de fincas con tales dimensiones, en comparación con las de agricultura familiar, por lo que nos cuestionamos: ¿qué se está sembrando en esas grandes fincas?

Según el Censo del 2014, el 32% de la producción total corresponde tanto a cultivos agroindustriales (palma aceitera y caña azúcar) como a frutas frescas (piña, banano, melón, naranja). Ambas son actividades orientadas a la agroexportación y dependientes de grandes extensiones de tierra para su productividad y rentabilidad. En cambio, si sumamos arroz, maíz, frijol, papa y cebolla, a lo sumo se llega al 5% de la tierra sembrada, sin importar la extensión de la finca, lo cual nos permite afirmar que hay una presencia minoritaria de cultivos para el consumo local.

Si afinamos nuestra observación, nos damos cuenta de que la producción de alimentos en realidad es bastante reducida, ya que si sumamos la extensión de ganado vacuno y café, ambos representan el 50% de la producción total de estas fincas. Es así que la producción de alimentos se encuentra en una tendencia de disminución por la imposición del modelo de la agroindustria, colocando a la soberanía alimentaria en una alta vulnerabilidad.

Recordemos que con esta pandemia, la condición de las pequeñas producciones ha sido golpeada y se ha disminuido la demanda de su producción. Sus canales de distribución y comercialización se han visto perjudicados, agudizando esta tendencia a disminuir su presencia en la economía nacional, lo cual es preocupante.

Aquí encontramos dos tendencias: por un lado tenemos una mayor concentración de la tierra en pocas manos bajo producción agroindustrial, y por otro lado un modelo de agricultura familiar que se ha visto obligado a competir con la producción agroindustrial, desplazando otros cultivos y profundizando las desigualdades socioeconómicas.

Esta tendencia histórica hacia la agroindustria profundiza el uso de agroquímicos para el sostenimiento de la producción, haciendo caso omiso al impacto ambiental y las externalidades negativas. Finalmente, han sido las comunidades que viven alrededor de estas grandes plantaciones, las que se han visto directamente afectadas por la contaminación de sus fuentes de agua, o enfermedades en la piel, respiratorias y digestivas.

¿Qué nos dice todo esto? Hay una creciente desigualdad en el acceso y el tipo de actividades agropecuarias. La situación se vincula estrechamente con los extractivismos, ya que es un modelo productivo basado en la agroindustria y la ganadería de grandes extensiones, que impregnan y redefinen el sentido de las prácticas sobre la tierra, sin importar de qué tipo de extensión hablemos.

Cuando veamos las estadísticas del comercio exterior alegrándose de las grandes exportaciones de la agroindustria, recuerden que la salud de la democracia pasa también por la tierra, y como dice el dicho “quien por mucho deja lo poco, suele perder lo uno y lo otro”. La agricultura familiar campesina representa una forma de propiedad y gestión más equitativa y democrática de la tierra, si continúa esta posiciòn minoritaria y al margen de sistemas agroecológicos, seguiremos vulnerando nuestros bienes comunes naturales, y con esto el sostén de nuestra vida.

Observatorio de Bienes Comunes Agua y Tierra

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Puede descargar el artículo aquí.

 

Tomado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/explorando-las-venas-abiertas-de-los-bienes-comunes-la-tierra-y-la-soberania-alimentaria/

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¿Qué pasa con el agua en Cipreses de Oreamuno? – Infografías

¿Qué pasa con el agua de Cipreses?, ¿qué podemos hacer, como vecinos usuarios y abonados, para contribuir a mitigar la problemática? El Frente Ecologista, con el acompañamiento del Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socio-ambientales UCR, elaboramos las siguientes infografías. ¡El agua es un bien que debemos cuidar para el beneficio de todas y todos!

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Eso que amenaza nuestros ríos: Minería no Metálica – Tercer boletín del Observatorio de Bienes Comunes

Les presentamos el tercer boletín del Observatorio de Bienes Comunes: agua y tierra. que en esta ocasión está dedicado a profundizar sobre una actividad extractiva que en Costa Rica tiene una presencia relevante, sin embargo es poco conocida: la minería no metálica.

Procura visibilizar algunas reflexiones y experiencias que surgen del proceso de acompañamiento a la Alianza de comunidades por la defensa del agua en Puntarenas (sector norte) y de la Comisión defensora de los Ríos Convento y Sonador en Buenos Aires (zona sur). Ambas organizaciones han sido activas en la provincia de Puntarenas debido a los conflictos en relación a este tema que tienen presencia en comunidades como Chomes, Manzanillo, Punta Morales, Costa de Pájaros, Guacimal, Abangares, Abangaritos, Judas, Malinche, Orocú, La Montaña y Buenos Aires y los principales ríos de esas zonas, tales como Abangares, Barranca, Lagarto, Guacimal, Lajas y Ceibo (pueden ser regionalizados).

Estos procesos nos han mostrado cómo los ríos, ese bien común que despierta delirios en unos y dolores en otros por la biodiversidad que acogen y las múltiples posibilidades que representan, son para los pueblos fuente de vida, alimento, identidad y memorias, mientras para la industria representan poder, ganancias, control territorial y de mercados.

La principal motivación de este boletín es invitarnos a reflexionar sobre ¿Cuáles son los costos ambientales, culturales, comunitarios e identitarios que significan estos proyectos? ¿Quiénes se benefician de estas actividades?  ¿Qué implicaciones tiene para nuestro modelo de país?

¿Qué es el Observatorio de Bienes comunes?

El Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra es un esfuerzo más de articulación entre el Programa Kioscos Socioambientales y el CIEP que tiene como propósito contribuir en la problematización del contexto que nos interpela a todos y todas desde esta perspectiva, a través de la generación de información y espacios de diálogo sobre las dimensiones y relaciones presentes en los conflictos socioambientales relacionados al origen, propiedad y gestión de los bienes comunes. Página web: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/ Contacto: observatoriobienescomunes@gmail.com

Pueden descargar el boletín aquí

 

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Ecopedagogías en Contexto Aproximaciones y desafíos para las perspectivas educativas – João Colares

Nos acompaña el investigador y educador popular brasileño João Colares que nos comparte algunas reflexiones sobre el contexto actual de las pedagogías, sus tendencias dominantes neoliberales y los desafíos que representan para aquellos procesos que apuestan por procesos educativos mas democráticos y solidarios. Con esta motivación nos invita a reflexionas sobre la apuesta que significan las ecopedagogías y sus aportes en el contexto actual.

Artículo mencionado: MOTA NETO, J. C. DA M. N. Espiritualidade, Sensibilidades e Produção do Conhecimento em Tempos de Coronavírus: uma Escrevivência sobre o Sagrado e as Ecopedagogias Decolonias. Religare: Revista do Programa de Pós-Graduação em Ciências das Religiões da UFPB, v. 17, n. 1, p. 41-78, 28 set. 2020.

Pueden descargar el artículo en portugués de João Colares aquí

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Por la defensa de los bienes comunes: conversatorio “Por el agua de Cipreses”

El pasado 17 de noviembre en el salón Parroquial de la comunidad de Cipreses de Oreamuno, Cartago, se llevó a cabo el conversatorio “Por el agua de Cipreses” que contó con la participación del Frente EcoCipreses, representantes de la presidencia ejecutiva y la Subgerencia de Sistemas Comunales del AyA, y con la muy denotada ausencia de las personas representantes de la ASADA de Cipreses. Además, en esta actividad asistió el Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales y Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica como observador, invitado por el Frente EcoCipreses, que durante estos meses han trabajado en conjunto para la sistematización de la experiencia organizativa en torno a la defensa del agua en la comunidad de Cipreses de Oreamuno. Este foro se planteó como una instancia de diálogo entre el Frente EcoCipreses y la Junta directiva de la ASADA, en el contexto de abordar la situación actual que atraviesa las nacientes de agua que abastecen a esta comunidad de cerca de 2500 usuarios, destacan irregularidades en torno al manejo administrativo, pero también una compleja situación ambiental caracterizada por la sobreexplotación de la naciente que ha llevado a constantes suspensiones del servicio en lapsos de 6 horas o más al día, la invasión de una agricultura intensiva con agroquímicos violentando la zona de protección establecida por la ley de Aguas, por citar algunas afectaciones concretas que el Frente EcoCirpreses ha venido poniendo en debate público (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/comunicado1.pdf). El conversatorio dio inicio con un breve recuento de las afectaciones que ha sufrido la Comunidad de Cipreses en los últimos 6 años, donde la gestión de la ASADA se ha caracterizado por presencia de irregularidades administrativas, pero destacando también una situación preocupante, que de tener a disposición 4 nacientes de agua, ante situaciones aún poco claras de permisos de construcción de tanques sépticos, se tuvieron que clausurar dos de las nacientes por contaminación. Además las presiones existentes por el desarrollo urbanístico ha dado una situación de aumento de entrega de tomas de agua, teniendo conocimiento que la disponibilidad hídrica está en índices críticos desde 2014. Las intervenciones del frente Eco Cipreses se caracterizaron por posiciones bien informadas y documentadas por varios informes del AyA (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/AYA2.pdf) y el IRET-UNA (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/IRET3.pdf), que han permitido ir caracterizando de manera más sistemática las afectaciones en la gestión del recurso hídrico tanto en su dimensión administrativa, pero principalmente la gestión ambiental del mismo. La constante desmejora en el servicio de agua, se puede contextualizar a través de algunas de las situaciones denunciadas:
  • Manejo de fondos públicos sin los controles correspondientes y los procesos de rendición de cuentas adecuados.
  • Deterioro de la capacidad hídrica ante la mala gestión de la concesión de nuevas tomas de agua.
Estas afectaciones se intensifican ante la presencia de procesos de desarrollo desiguales y desordenados: construcciones urbanísticas y la presión ante la extensión de las áreas cultivables entorno a la naciente (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/MINAE4.pdf). Ante las autoridades del AyA en Frente EcoCipreses fue muy claro, no buscan el conflicto en sí, sino este como un potenciador de espacios de participación inclusiva de la comunidad para la búsqueda de soluciones dignas para las personas habitantes de Cipreses, partiendo del cuido de las nacientes de agua, para el bienestar público presente y futuro. Dentro de las propuestas mencionadas ante la amenaza ecológica que podría significar la profundización de la situación actual, se planteó:
  • Desarrollo de un estudio hidrogeológico
  • Incluir a los y las productores en procesos de manejo sostenible de la producción agrícola.
  • Mayor participación ciudadana en el monitoreo y protección de la naciente.
Ante los argumentos y a pesar de la ausencia de las autoridades de la ASADA (principales responsables ante el AyA de las irregularidades expuestas), señalaron que tenían conocimiento de las diversas denuncias expuestas, y que agradecían y reconocían el papel protagónico de la ciudadanía en la defensa de la transparencia y el cuido del recurso hídrico, y que sin estos esfuerzos, difícilmente el AyA pueda dar abasto. Adicionalmente confirmaron que ante las evidencias del mal funcionamiento y de gestión del recurso hídrico, se estaba procediendo en los últimos meses a la formalización ante la Junta Directiva del AyA del retiro de la delegación a la ASADA de Cipreses, y que esta misma sea asumida por la vecina comunidad de Santa Rosa. También confirmaron el interés siempre presente en el AyA de apoyar los procesos de participación comunitaria, por este motivo instaban al Frente EcoCipreses a seguir impulsando actividades que permitan estos debates y la puesta común en la comunidad de los temas de gestión del recurso hídrico. De parte del público asistente cuestionaban la decisión de retirar la ASADA de Cipreses sin los debidos procesos de consulta y participación de la comunidad, sin embargo ante el escenario ecológico crítico y la falta de participación más activa de la comunidad en los últimos años, se comprendía que existía poco margen, ya que el riesgo de postergar es muy alto.  ¿Capacidad de gestión? ¿Modos de participación? Si algo aprendimos los que asistimos al conversatorio “Por el agua de Cipreses” es que las acciones en defensa del agua y el involucramiento de la comunidad, no pasan necesariamente por las instancias formales, sino por el interés real y solidario de las personas de las comunidades que toman para sí el compromiso por denunciar y proponer alternativas cuando los modos de participación de las instancias responsables muestran señales de debilitamiento. La defensa de los bienes comunes como el agua es atravesada por nuestras relaciones de manera integral, es así que aún cuando la institucionalidad muestre incapacidades para abordar las situaciones de riesgo, es nuestro deber actuar en la denuncia, pero como nos enseña el Frente EcoCipreses también la labor de exigir la rendición de cuentas de estas mismas instituciones es un elemento central para construir mejores formas de gestión y participación.

Si desean ver el conversatorio completo pueden acceder al siguiente enlace: https://cutt.ly/2hsxq9p

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Ventanas Escuela de Ciencias Políticas: ¿Pandemia para quien?: Primeros hallazgos del Observatorio de Bienes Comunes durante el COVID-19

  Les invitamos a ver los primeros hallazgos del Observatorio de Bienes Comunes durante el año 2020
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Primer Cuaderno de Estudio: Bienes Comunes de que hablamos

Los cuadernos tienen como objetivo problematizar el concepto de bienes comunes desde tres dimensiones: origen, propiedad y gestión. Asimismo, propone una reflexión crítica para generar aportes relevantes en la construcción del concepto desde la práctica de las personas interesadas en la democratización de sus espacios de reflexión y comprometidas con la transformación de sus realidades (por ejemplo, pueblos indígenas, comunidades campesinas y comunidades defensoras del agua).

El primer cuaderno titulado “Bienes comunes… de qué hablamos” expone el concepto, las características, una línea histórica con las discusiones sobre los bienes comunes y los tipos (naturales, sociales y culturales).

En dicha publicación se enfatiza en los bienes comunes naturales, es decir, aquellos relacionados con nuestro entorno y la biodiversidad, tales como los bosques, el agua, la tierra, las semillas. El cuaderno de estudio introduce preguntas para la reflexión como: bienes comunes naturales, ¿qué los amenaza?, ¿cuáles otros procesos de agotamiento están afectandolos?, ¿qué actores son responsables?, ¿qué rol tienen nuestras comunidades en la defensa de estos bienes comunes?

Pueden descargar aquí el documento.

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Observatorio Bienes Comunes: Segundo Boletín Sentires y Saberes Defensoras y defensores ambientales ¿Quién les cuida?

El Acuerdo de Escazú se conocerá esta semana en el congreso (octubre 2020), durante dos años no ha sido mucha su difusión en el país, ¿A qué se puede deber esto? El Observatorio de Bienes Comunes Agua y Tierra del Programa Kioscos Socioambientales y del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica les queremos compartir a través de este Boletín algunas claves de lectura para esta situación, ¿De qué habla este acuerdo? ¿A quiénes defiende?

El pasado 28 de septiembre del 2018, 23 países firmaron el Acuerdo Regional Sobre El Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, inaugurando así el camino de ratificaciones por parte de los Estados.

Cumplido el período de dos años, el pasado 28 de septiembre del 2020, el Acuerdo entró en vigor, con una “sorpresa”: Costa Rica aún no lo había ratificado.

Es un Acuerdo regional vinculante sobre derechos humanos y medio ambiente, que tiene como centro el cumplimiento del principio 10 de la declaración de Río, para garantizar en América Latina y el Caribe los derechos de acceso a la información ambiental, la participación pública en la toma de decisiones ambientales y el acceso a la justicia en asuntos ambientales.

Resulta inquietante al menos que un país como Costa Rica, que ha tratado de caracterizarse como un país defensor de los derechos humanos y el ambiente, tuviera como pendiente la ratificación de un Acuerdo que lleva en su conformación la defensa de ambos pilares de la política exterior costarricense.

Algunas implicaciones de este acuerdo podrían explicar la demora, ya que viene a garantizar derechos que han sido obviados durante décadas, acceso oportuno a la información en temas ambientales, mecanismos de participación y protección jurídica a esas personas defienden el ambiente y han sido expuestas a presiones de intereses económicos muy fuertes que terminan desgastando sus vidas personales y familiares.

Esta oposición procura justificar esta negativa al acuerdo argumentando que Impide el acceso a nuevas tecnologías, a la inversión en infraestructura, también señalan que es una amenaza a la confidencialidad de la información empresarial, que provoca altos costos al Estado relacionados a la protección de los y las defensores ambientales o por último que nos expondría como sociedad a interminables procesos de consulta. En definitiva, argumentos que no explican la no idoneidad del acuerdo, sino que invitan a pensar ¿Qué tipo de democracia aspiran estos sectores?

¿Qué nos dice esto sobre la posición interna de Costa Rica con respecto a las y los defensores ambientales? ¿Qué relación tiene este lento camino y los procesos de criminalización de la protesta social vividos en los últimos años? ¿Cuáles intereses están en juego a partir de las dimensiones del Acuerdo? ¿Qué visión de participación política se está imponiendo? ¿Cuáles deudas socioambientales Costa Rica sigue teniendo abiertas?

Estas preguntas y más son parte de la información que procura problematizar este boletín, para que sea una herramienta que enriquezca el análisis de todas las personas interesadas y permita comprender el contexto que atraviesa nuestro país en torno a la temática socioambiental; ¿de dónde partimos?, los intereses en conflicto, las ausencias y los desafíos que encaramos como sociedad.

Pueden descargar el boletín aquí.