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Marchamos y rimamos: un collage de bombas y voces del 1° de mayo en Costa Rica

Este 1° de mayo de 2025, miles de personas salieron a las calles en Costa Rica para reivindicar derechos, denunciar injusticias y celebrar la lucha histórica del movimiento obrero. Desde ese caminar colectivo nace este collage sonoro, un recorrido que les invitamos a hacer a través de distintas voces, ritmos, pasos… y bombas.

Sí, bombas: esas cuartetas improvisadas que detienen la música para soltar una verdad, una crítica, una chispa que enciende la conciencia. A lo largo de este montaje, las bombas populares se entrelazan con consignas, intervenciones espontáneas y reflexiones de personas que participaron en la manifestación. Juntas nos llevan por las calles de la capital, donde se alzaron denuncias contra la violencia institucional y el abandono de los intereses populares.

Entre las principales demandas, se expresó el rechazo a las políticas del poder ejecutivo y de buena parte del legislativo, acusadas de erosionar derechos y empobrecer a las mayorías. Se cuestionó la criminalización de personas privadas de libertad y sus familias bajo una nueva política carcelaria punitiva y excluyente. También se denunciaron la venta de instituciones públicas, la tecnocratización de la gestión financiera, y el debilitamiento deliberado de los sistemas de salud y educación.

La marcha reunió una pluralidad de voces: pueblos indígenas que alzaron la bandera de la autonomía y la defensa del territorio, trabajadoras domésticas que exigieron condiciones laborales dignas, sindicatos de distintos sectores, colectivos estudiantiles comprometidos con la defensa de lo público, y personas que expresaron su solidaridad con la lucha del pueblo palestino. También se escucharon denuncias contra el proyecto de armonización eléctrica, señalado como parte de la mercantilización de los bienes comunes. Las voces que aquí se entrelazan defienden otra lógica: la del cuidado, la justicia y la dignidad.

Pueden escuchar el collage aquí

Galería

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Philippe Vangoidsenhoven: veinte años defendiendo el Caribe costarricense

El pasado 22 de marzo, en conmemoración del Día de la Tierra, se llevó a cabo el acto de Reconocimiento a Personas Defensoras del Ambiente, actividad organizada conjuntamente por el Programa Kioscos Socioambientales, la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia y la Universidad Bíblica Latinoamericana.
La profundización de los modelos económicos extractivistas y de despojo ha generado graves conflictos socioambientales, al afectar las bases materiales y simbólicas que sostienen la vida en las comunidades. Según el Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas), desde 2012 se han documentado más de 3,700 conflictos ambientales en el mundo, una cuarta parte de ellos en América Latina.

 

Reconocer a quienes defienden el ambiente es un acto urgente y necesario: estas personas protegen ecosistemas y derechos humanos fundamentales, pero enfrentan criminalización, violencia y hasta la muerte por su labor. Global Witness señala que América Latina es la región más peligrosa para los activistas ambientales, con más de 500 asesinatos en la última década. Costa Rica no es la excepción: muchas personas defensoras son víctimas de agresiones físicas, amenazas y daños a su patrimonio por defender bosques, ríos, mares y territorios.

En este contexto, compartimos la voz de Felipe Vangoidsenhoven, reconocido durante esta actividad, quien nos relata desde su experiencia en el Caribe Sur los riesgos, resistencias y la importancia de la defensa de la naturaleza como tarea colectiva e imprescindible.

¿Quién eres, de dónde vienes? ¿Cómo llegaste al Caribe Sur?
Mi nombre es Vangoidsenhoven Philippe, acá me conocen como Felipe. Siempre he sido amante de la Naturaleza, me interesa mucho. Decidí salir de Bélgica para mudarme a un país con Naturaleza tropical y por eso escogí Costa Rica, porque en toda la información que encontraba decía que era un país que protege su Naturaleza y era bastante seguro para vivir. Viví dos años en San José hasta que una noche me robaron mi carro, y eso fue la señal de que tenía que moverme.

¿Cómo llegaste a convertirte en defensor ambiental?
Gracias a una amistad conseguí un trabajo en Manzanillo como jefe de mantenimiento y jefe de los guías de canopy. Después de trabajar un año en este hotel, logré alquilar cabinas en el centro de Puerto Viejo por tres años. Fue ahí que varias personas se me acercaron y me introdujeron en la lucha ambiental.

¿Qué tipos de amenazas o riesgos has enfrentado en tu labor?
Hablando de amenazas, la lista es larga. Va desde gritos de “sapo, vuelve a tu país, “carepicha”, etc., hasta agresiones físicas. Mataron a cuatro perros, tiraron piedras hacia mi carro, en dos ocasiones quebraron los parabrisas y dejaron el carro golpeado, además de que me quebraron el hueso del dedo gordo. En dos ocasiones casi lograron matarme. Han llegado a mi finca para amenazarme; un maderero entró varias veces y causó daños. Es bastante peligroso denunciar daños ambientales.

¿Cómo afecta esta situación en lo personal y en lo colectivo a las personas defensoras?
Se genera una gran cantidad de enemigos, lo cual afecta mi negocio. Uno pierde cualquier cantidad de clientes y dinero. Van a hacer lo imposible para hacerte la vida miserable. ¡La muni me declaró persona non grata!

¿Consideras que el Estado costarricense reconoce adecuadamente el papel de las personas defensoras ambientales?
No, el Estado de Costa Rica no reconoce el trabajo que hacemos los defensores de nuestra Madre Naturaleza. Me recuerdo que el expresidente Luis Solís dijo abiertamente que iban a llenar la costa del Caribe Sur con hoteles y casas de lujo. Mira el ejemplo de la finca de Pacheco Dent, con el ministro de MINAE y el mismo presidente defendiendo ese desastre.

¿Qué mecanismos de protección existen? ¿Son suficientes y accesibles?
No existen mecanismos de protección. Si quieres protección, como me lo han ofrecido, te sacan de la zona para esconderte en otro lado de Costa Rica. Lo mejor que puedes hacer es protegerte con arma de fuego, gas pimienta y, sobre todo, tener cámaras por todos lados para tener evidencia en caso de agresión.

¿Qué cambios urgentes crees que deberían impulsarse desde las instituciones públicas?
Primero que todo, necesitamos funcionarios del MINAE que verdaderamente cumplan con sus deberes, por los cuales son pagados. Ahorita no tenemos control ni apoyo por parte del MINAE. Más bien, estos funcionarios corruptos favorecen a los destructores. Y si un funcionario quiere hacer su trabajo… ¡lo envían a otro sitio!

 

 

¿Qué significa para vos recibir este reconocimiento a tu trayectoria?
El reconocimiento es, por supuesto, más que bienvenido. En estos 20 años de lucha, he recibido un reconocimiento por parte de Bloque Verde y ahora este. El reconocimiento es como una energía extra, es como recargar las baterías, es una motivación para seguir la lucha.

¿Qué mensaje considerás importante transmitir a las personas a partir de este contexto que nos has dado?
Llamo a más participación ciudadana en la labor de vigilancia del medio ambiente. Que llamen al 911 o a mí directamente. ¡Necesitamos más ojos en la zona! Sin vigilancia, vamos a perder todo.

Si no existieran personas defensoras ambientales como vos, y todo dependiera únicamente de las instituciones de protección ambiental, ¿cómo creés que sería la historia?
Muy sencillo: destruirían toda la zona. Si hoy día cuesta tanto parar un daño ambiental, imagínese si no hay control alguno. Y los funcionarios del MINAE no ayudan, más bien son la causa principal de este problema, junto con la municipalidad.

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La tala sin freno amenaza la vida en el Caribe Sur

Este fin de semana, el defensor ambiental Philippe Vangoidsenhoven reportó que, en la calle principal camino a Punta Riel, en el Caribe Sur costarricense, se detectó un camión sin placas cargado con tucas de madera. En el material audiovisual disponible, se observa también la draga utilizada para cargar el furgón, así como la presencia de varios vehículos que, según señala Vangoidsenhoven, «podemos presumir que son los encargados de este desastre». El defensor enfatizó: «Es una barbaridad, y ahora está calmado, imagínese. Hay que hacer algo sobre eso».

Este hallazgo evidencia la intensificación de prácticas de tala, tanto bajo permisos cuestionables como de forma completamente ilegal. La situación se da en un contexto preocupante de extracción forestal descontrolada, mientras las instituciones responsables parecen actuar de manera omisa o desbordada ante el volumen de casos.

El uso de vehículos sin placa es una estrategia común entre los grupos dedicados a la tala ilegal: impide rastrear la propiedad del vehículo, complica las investigaciones judiciales y reduce las posibilidades de sanción. Sin embargo, esta no es la única práctica irregular. También se reportan permisos forestales tramitados con información falsa, movilización de madera fuera de los horarios permitidos, tala encubierta bajo proyectos agrícolas o de infraestructura, y el uso de rutas clandestinas para el transporte de madera.

Vangoidsenhoven agregó que anteriormente se habían decomisado 11 furgones de madera en la zona de Tuba Creek, advirtiendo que el patrón de operación continúa: «Ellos tienen que seguir hacia Limón para procesar la madera, deben ir a un lugar específico que tiene permisos y todo eso. Allí tiene que pasar por el control de puesto. Vamos a ver si los van a parar. La policía los tiene que revisar y comunicarse inmediatamente con la Fiscalía ambiental». No obstante, advirtió sobre una grave limitación: «La policía no está entrenada para ese tipo de cosas. Lo que sucede es que les enseñan cualquier papel y vámonos».

La legislación costarricense, a través de la Ley Forestal N° 7575, establece que toda extracción, transporte y comercialización de productos forestales debe contar con permisos debidamente otorgados, y que el transporte debe hacerse en vehículos identificables, con guías de transporte en regla. El uso de camiones sin placas constituye una infracción a la Ley de Tránsito (Ley N° 9078) y una falta grave en materia ambiental, susceptible de sanciones administrativas y penales. Además, el Código Penal castiga los delitos contra los recursos naturales en su artículo 50 y siguientes.

La situación en el Caribe Sur exige acciones urgentes. No sólo está en riesgo el patrimonio natural, sino también los medios de vida locales, la biodiversidad y los esfuerzos de conservación comunitaria. La situación evidencia la necesidad de una respuesta más efectiva por parte de las autoridades ambientales, judiciales y municipales para contener la ilegalidad y proteger los bosques del Caribe Sur.

Esta nota se realizó con el apoyo del defensor ambiental Philippe Vangoidsenhoven, cuyo compromiso con la protección del Caribe Sur ha sido fundamental para visibilizar estas denuncias.

Aspectos a considerar sobre la tala ilegal

  • Ley Forestal N° 7575 (art. 38 y 46): Toda tala debe contar con permisos otorgados por el SINAC. El transporte de madera requiere una Guía de Transporte Forestal y vehículos plenamente identificados.
  • Ley de Tránsito N° 9078 (art. 98): Circular sin placas es una infracción gravísima, sancionada con multa y decomiso del vehículo.
  • Código Penal (art. 385): La extracción ilegal de productos forestales puede ser castigada con penas de prisión de 1 a 3 años.
  • Prácticas ilegales frecuentes:
    • Uso de camiones sin placa o con placas falsas.
    • Tala en propiedades ajenas o territorios indígenas sin autorización.
    • Transporte nocturno para evadir controles.
    • Alteración de documentos para legalizar madera extraída ilícitamente.
  • Impacto ambiental:
    • Pérdida acelerada de biodiversidad.
    • Aumento de la erosión y degradación del suelo.
    • Alteración de fuentes de agua y afectación a las comunidades locales.
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Sentires y Saberes: Del Campo al Plato conversamos con Ryan Galt

Exploramos con el investigador Ryan Galt los principales hallazgos de su investigación, en la que analiza los trayectos históricos del sistema agroalimentario en Costa Rica entre 1960 y 2014. En esta conversación, se abordan los impactos del modelo neoliberal en la producción agrícola, los cambios en la dieta y las transformaciones socioeconómicas del país. Una mirada crítica y reveladora sobre cómo producimos y consumimos alimentos.  

¿Quieres saber qué es un sistema agroalimentario?

Pueden ver la conferencia en el Marco de las Jornadas de Investigación y Acción Social en la UCR-2025 aquí

 

 

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Playa Negra en alerta: Retiran material de finca que afectaba humedales

Este 11 de febrero de 2025, vecinos de la zona de Playa Negra alertaron sobre el relleno de terreno en una finca que ya contaba con una denuncia ambiental. El defensor ambiental Philippe Vangoidsenhoven verificó y reportó la situación, colaboró con la policía para ubicar el sitio y constató que en el lugar también se encontraba el fiscal ambiental, quien realizaba una inspección por otra denuncia. No obstante, el fiscal intervino de inmediato para detener el relleno, que llevaba varios días en curso.

Esta finca ya había sido denunciada previamente por Philippe, dado que se trata de un humedal. Para el defensor ambiental, la actuación del fiscal representa un ejemplo de que sí es posible atender estos casos de manera efectiva. En sus palabras:

«Es una decisión demasiado buena, nunca había visto algo así en todo el tiempo que llevo luchando. Que, en el mismo momento, se diga: ‘saca esa vara de vuelta’. Y, por supuesto, se abrirá un expediente contra esa compañía…»

¿Qué está pasando?

Desde hace meses, residentes han alertado sobre el impacto de actividades como la tala de bosques y el relleno de humedales, las cuales han sido señaladas como amenazas directas a los recursos naturales del área. A pesar de las intervenciones del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y otras entidades, la problemática ha persistido, generando preocupación entre ambientalistas y la comunidad local.

Playa Negra, parte del corredor biológico del Caribe sur de Costa Rica, alberga una riqueza ecológica única, siendo hábitat de numerosas especies y fuente de sustento para actividades sostenibles como el ecoturismo. Sin embargo, el desarrollo inmobiliario descontrolado y la falta de fiscalización efectiva han propiciado la degradación de estos entornos frágiles.

La orden de retiro del material en la finca denunciada marca un avance en los esfuerzos por la protección de los humedales, aunque aún persisten desafíos en la regulación y control ambiental de la zona. Es necesario que las autoridades fortalezcan las acciones de seguimiento y prevención para evitar daños irreparables y promover un desarrollo equilibrado que garantice la conservación de los ecosistemas sin afectar el crecimiento de la comunidad.

Esta nota contó con el apoyo de Philippe Vangoidsenhoven, defensor ambiental.

¿Por qué importa el cuido de los humedales?

Los humedales en las costas del Caribe Sur de Costa Rica desempeñan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad y en el equilibrio ecológico de la región. Estos ecosistemas, que incluyen manglares, estuarios, lagunas costeras y pantanos, son vitales para la protección de la línea costera, la regulación del ciclo del agua y el mantenimiento de la biodiversidad local.

Uno de los principales beneficios de los humedales es su capacidad para actuar como barreras naturales contra la erosión costera y los efectos de tormentas y huracanes. La vegetación de los manglares, por ejemplo, reduce la fuerza de las olas y ayuda a estabilizar los sedimentos, previniendo la pérdida de tierra en las costas.

Además, estos ecosistemas son hábitats esenciales para una gran diversidad de especies, muchas de ellas endémicas y en peligro de extinción. Los humedales del Caribe Sur albergan aves migratorias, anfibios, reptiles, mamíferos y peces que dependen de estos ambientes para su reproducción y alimentación. También son refugio para especies emblemáticas como el manatí del Caribe y diversas especies de tortugas marinas.

Los humedales también juegan un papel crucial en la filtración y purificación del agua, eliminando contaminantes y mejorando la calidad del agua que fluye hacia el mar y los ríos cercanos. Su capacidad para almacenar carbono contribuye a mitigar el cambio climático, al capturar y reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.

A nivel económico y cultural, los humedales sostienen actividades como la pesca artesanal, el turismo ecológico y la investigación científica. Comunidades locales dependen de estos ecosistemas para su sustento, y su conservación es clave para el desarrollo sostenible de la región.

A pesar de su importancia, los humedales en el Caribe Sur de Costa Rica enfrentan amenazas como la deforestación, la contaminación, la expansión urbana y el cambio climático. La conservación y manejo adecuado de estos ecosistemas es esencial para garantizar su permanencia y los beneficios que brindan a las comunidades y al medio ambiente.

Proteger los humedales no solo significa preservar la biodiversidad, sino también fortalecer la resiliencia de las comunidades costeras ante los desafíos ambientales del futuro.

Defensores ambientales: Un pilar clave en la protección del Caribe Sur

Las personas defensoras ambientales juegan un papel clave en la protección de los humedales y en la lucha contra las amenazas que enfrenta el Caribe Sur. Su labor incluye la vigilancia y denuncia de actividades ilegales, la educación ambiental en comunidades locales y la promoción de políticas de conservación. A menudo, enfrentan riesgos significativos en su trabajo, pero su compromiso es esencial para garantizar la preservación de estos ecosistemas y el bienestar de las futuras generaciones.

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Rescate del Río Agualote – Conversamos con Rocío Porras

Conversamos con Rocío Porras que pertenece a la Comisión de Rescate y Seguimiento del Río Agualote, que nos contextualiza la importancia para Grecia de esta microcuenta y nos habla de todas las labores que han realizado para la protección de este río y los desafíos que tienen la participación comunitaria para el cuido de nuestros bienes comunes naturales.

*Crédito fotografía: Comisión Seguimiento y Rescate Río Agualote , CSRRA Grecia.

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¿De qué hablamos sobre Bienes Comunes? Trayectos y desafíos en Costa Rica

Los bienes comunes hacen referencia a relaciones de saberes y prácticas con nuestro entorno y comunidad, en muchos casos son experiencias de cientos de años, pero también acciones emergentes en las últimas décadas.

Este concepto pretende dar cuenta de formas y modos de relaciones de cuido y defensa con nuestro entorno y comunidad, las hemos realizado por años y hasta siglos en otros casos, saberes y prácticas que se han acumulado y permitido así, la reproducción material y simbólica de la vida colectiva, humana y no humana.

Ante el avance del despojo a través de las fronteras productivas y la financiarización de la vida, se evidencia un mayor cercamiento de los bienes comunes, podemos identificar dos procesos que se unen; la Mercantilización y el Agotamiento.

El agotamiento lo relacionamos con la sobreexplotación de la naturaleza: la minería metálica y no metálica, la contaminación por el uso de agrotóxicos, el mal manejo de los desechos agroindustriales, industriales, residenciales, y un largo etc…hoy amenazan la existencia de la vida humana y no humana.

Los procesos de mercantilización los vemos reflejados con los procesos de acaparamiento de tierras, la privatización de las semillas, la imposición de megaproyectos hidroeléctricos, turísticos o viales.

En este marco, queremos reflexionar sobre el contexto que atraviesan en el país ¿Cuáles dimensiones nos interpelan? ¿Qué prácticas estamos realizando?

Duración 5 sesiones: 9, 16, 23 y 30 de noviembre y 7 de diciembre.

Horario: 2:00 a 4:30 pm

Lugar: Universidad de Costa Rica. San Pedro, Montes de Oca. Aula por definir.

Para inscripciones

Más información aquí.