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¿Hasta la última piedra? El Río Frío bajo amenaza por minería no metálica

La comunidad de Maquengal en Guatuso vuelve a alzar la voz. Esta vez, con más urgencia que nunca.

A pesar de años de las advertencias comunitarias y las evidencias sobre el daño ambiental, la administración anterior de la Municipalidad de Guatuso aprobó una nueva concesión de minería no metálica en el Río Frío por 30 años más. Mientras tanto, maquinaria pesada ya está escarbando en la poza ubicada cerca de la base del puente de cemento, removiendo material de forma intensiva y alterando drásticamente el cauce del río.

El impacto es tangible. Las pozas ya no están, la sedimentación impide la navegación, las corrientes disminuyen, los espacios de recreación se han vuelto inseguros, y los bordes del río se erosionan visiblemente. Lo que antes era parte del paisaje vivo de la comunidad, hoy es un recuerdo en peligro de desaparecer.

“Esto ha venido a matar el río. Le estamos vendiendo al mundo un sitio RAMSAR, el humedal de Caño Negro, que no estamos cuidando”, expresó una persona vecina. El Río Frío no solo es un símbolo cultural y económico para la región, sino el principal afluente del Humedal Caño Negro, reconocido internacionalmente por su biodiversidad y protegido bajo la Convención RAMSAR.

Cuando se arranca el río, se arranca la vida

La extracción sin regulación no solo pone en riesgo ecosistemas: también daña infraestructura pública, propiedades privadas y genera condiciones propicias para inundaciones y pérdida de suelos. Este riesgo es más que una posibilidad futura: ya está ocurriendo en la poza cercana a la base del puente de cemento que une Maquengal con la Amapola, donde actualmente maquinaria remueve material sin un monitoreo claro. Las alteraciones al cauce y al entorno inmediato podrían comprometer la estabilidad del propio puente, aumentar la erosión de las riberas y agravar las afectaciones aguas abajo.

Es decir, el afán por “sacar hasta la última piedra” termina dejando un vacío que se siente en lo ambiental, lo social y lo económico. La remoción del lecho del río no solo altera su curso natural, sino que también pone en riesgo la seguridad y el bienestar de quienes viven a su alrededor.

El caso de Maquengal es más que una denuncia: es una lección de participación ambiental comunitaria. En marzo de este año, durante el Festival del Agua, vecinas y vecinos entregaron cartas al alcalde Carlos Sequeira y a autoridades ambientales, recordando el compromiso asumido de hacer un diagnóstico ecológico del cantón. Esta solicitud no es caprichosa: es una necesidad urgente, especialmente cuando ya se están interviniendo zonas sensibles del río sin un control efectivo y con impactos visibles que podrían ser irreversibles.

Voces por la protección del Río Frío

En Maquengal, la defensa del río no es un asunto técnico ni lejano: es cotidiano, vivido, sentido. Las personas vecinas se preguntan por qué se insiste en extraer piedra del Río Frío, mientras existen otros cauces que podrían asumir esa carga sin tanta afectación.

“¿Por qué todas las piedras grandes se las llevan del Río Frío? ¿Por qué no se hace un equilibrio con otros ríos como el Celeste, el Venado o el Samen, que también tienen bastante piedra? Aquí ya están sacando hasta las piedras grandes, las que le dan forma al río, las que sostienen sus orillas.”

La preocupación va más allá de Maquengal. Vecinos de otras zonas del cantón han señalado cómo el dragado también ha afectado humedales y otros afluentes del Río Frío. En lugares como Buenavista, donde el mismo río Celeste ofrecía pozas naturales, hoy las familias recuerdan con tristeza cómo esos espacios desaparecieron.

“Han sacado manzanas enteras de humedal. Lo vemos en Llanos, lo vemos en Buenavista, y el gobierno local no hizo nada. Antes la gente se bañaba en Semana Santa, ahora las pozas ya no están.”

Frente a este abandono institucional, muchas personas se preguntan qué ha hecho el gobierno local en todos estos años.

“¿Qué ha estado haciendo la municipalidad mientras todo esto pasa? La población sí ha estado observando, denunciando, pero las veredas del río se destruyen, los humedales se secan, y seguimos sin respuestas claras. ¿A dónde vamos a llegar si no se detiene esto?”

Las voces del territorio, lejos de ser ruido, son un llamado urgente: dejar descansar al río, repensar las prioridades, y cuidar lo que aún late antes de que lo borren hasta la última piedra.

¿Desarrollo para quién?

Las comunidades no están en contra del desarrollo. Están en contra del saqueo, del uso intensivo de un bien común para el lucro de unos pocos, sin respetar los límites ecológicos ni los derechos de quienes viven en el territorio. Mientras se extrae el material, las personas vecinas de Maquengal pierden el potencial turístico del Río Frío, que antes atraía visitantes por su belleza natural y su biodiversidad. Pero aún más grave: pierden también su espacio recreativo local, el lugar donde niñas, niños, jóvenes y personas adultas compartían, se bañaban, pescaban y construían sus vidas cotidianas.

Como expresan con firmeza sobre la relación entre el humedal de Caño Negro y el río Frío: “no se puede seguir vendiendo al mundo un sitio de valor ambiental si no se está cuidando ni monitoreando”.

Frente al extractivismo, la comunidad propone un camino distinto:

  • Priorizar proyectos que beneficien el bienestar.

  • Regular con criterios ambientales.

  • Evaluar los daños acumulados y restaurar los ecosistemas.

  • Escuchar y respetar la voz de quienes han vivido, cuidado y defendido el río toda su vida.

Participar es un derecho, manternos es un deber

El Acuerdo de Escazú y la Ley Orgánica del Ambiente reconocen el derecho de las personas a participar en las decisiones ambientales. Y eso es precisamente lo que hace Maquengal: ejercer su derecho a defender un río que aún vive, que aún canta, pero que está siendo silenciado a golpe de retroexcavadora.

No podemos permitir que la minería no metálica borre nuestras pozas, nuestros recuerdos, nuestra seguridad, nuestra biodiversidad.

Porque cuando se agota hasta la última piedra, lo que queda es el vacío de lo que fuimos.

¿Qué es la minería no metálica y por qué afecta tanto?

La minería no metálica es la extracción de materiales como arena, piedra, grava, caliza, arcilla y otros minerales que no contienen metales. En Costa Rica, esta actividad se realiza principalmente para abastecer la industria de la construcción: carreteras, puentes, edificios y desarrollos inmobiliarios.

Aunque no se trate de oro o cobre, los impactos ambientales de esta minería pueden ser igual de devastadores, especialmente cuando se realiza en cauces de ríos o zonas sensibles:

  • Modifica el cauce natural del río, alterando sus flujos y aumentando el riesgo de

  • Provoca erosión en las riberas, afectando árboles, vegetación y vida

  • Contribuye a la sedimentación, lo que daña la calidad del agua y reduce el hábitat de muchas especies acuáticas.

  • Disminuye el caudal, afectando a las personas que dependen del río para consumo, agricultura o recreación.

  • Fragmenta los ecosistemas, afectando la biodiversidad y debilitando la capacidad de los humedales de cumplir funciones clave, como el control de inundaciones o la regulación del clima local.

Cuando esta actividad no se regula adecuadamente, se convierte en una forma de extractivismo destructivo que sacrifica el largo plazo en nombre de un beneficio inmediato y desigual.

imagen arriba guatuso agua

Maquengal alza la voz en el Día Mundial del Agua: Urgen medidas para frenar la explotación del Río Frío

En el marco del Festival del Agua, organizado por la Municipalidad de Guatuso para conmemorar el Día Mundial del Agua y realizado este 20 de marzo del 2025, la comunidad de Maquengal se hizo presente no solo como asistente, sino como protagonista de una alerta ambiental. Vecinas y vecinos entregaron cartas dirigidas al alcalde Carlos Sequeira Orozco y a la directora del Área de Conservación Arenal Huetar Norte (ACAHN), Mariana Jiménez Arce, en las que exponen su preocupación por el impacto ambiental de la extracción de material del Río Frío y exigen medidas urgentes para su protección.

Un llamado a la acción en defensa del río

Desde hace años, los habitantes de Maquengal han sido testigos del deterioro progresivo del Río Frío, producto de la explotación indiscriminada de sus recursos. Esta actividad ha generado cambios severos en el ecosistema, incluyendo:

  • La alteración del cauce y la disminución del caudal.
  • La erosión de las riberas y una sedimentación descontrolada.
  • Peligros para la seguridad de quienes usan el río para actividades recreativas y de subsistencia.
  • La pérdida de espacios naturales esenciales para la comunidad.

Uno de los casos más emblemáticos es la Poza del Roncador, un sitio de encuentro y recreación que, debido al impacto ambiental, ha sido gravemente afectado. La erosión y el desprendimiento de piedras de gran tamaño han puesto en riesgo la seguridad de quienes transitan por la zona, transformando un espacio vibrante en un lugar deteriorado y peligroso.

Además, la comunidad ha observado una alarmante pérdida de cobertura forestal en las márgenes del río, lo que afecta la biodiversidad y contribuye a la erosión de las riberas. En pocas semanas, el nivel del agua ha cambiado de manera visible, evidenciando la rapidez con la que el ecosistema está siendo afectado.

Exigencias de la comunidad

Ante esta crisis ambiental, las personas vecinas de Maquengal han solicitado a las autoridades que:

  • No se otorguen más concesiones para la explotación de cauces de dominio público, asegurando la protección de los ecosistemas y los bienes naturales comunes.
  • Se limite la concesión de permisos privados y se prioricen proyectos que realmente beneficien el bienestar comunal, evitando la sobreexplotación del río.
  • Se regule estrictamente la extracción de material, permitiéndola solo para fines esenciales como el mantenimiento de vías cantonales y bajo criterios ambientales rigurosos.
  • Se realice una evaluación técnica y ambiental del daño acumulado en las partes altas del río y se implementen medidas de restauración de manera inmediata.

Asimismo, la comunidad recordó al alcalde Carlos Sequeira Orozco su compromiso de campaña de realizar un diagnóstico ecológico del cantón. Consideran que este es el momento oportuno para cumplir con ese compromiso, pues solo con información clara y actualizada se podrán tomar decisiones responsables en beneficio del bien común.

“No podemos seguir ignorando esta realidad”

Las y los habitantes de Maquengal han dejado claro que no están en contra del desarrollo del cantón, pero rechazan que este se haga a costa de la vida y la sostenibilidad de sus ecosistemas. En su carta, expresan con firmeza que conocen la normativa ambiental y la realidad del cambio climático, pero cuestionan la falta de acciones concretas para abordar la crisis del Río Frío.

El deterioro ambiental ya no es solo una preocupación técnica, sino una vivencia cotidiana para la comunidad. La pérdida de espacios naturales, la inseguridad en áreas que antes eran de recreación y el temor de que en el futuro solo queden recuerdos del río, los ha llevado a alzar la voz y exigir soluciones.

Ahora, la comunidad espera respuestas y acciones inmediatas por parte de la Municipalidad y las autoridades ambientales. Mientras tanto, reafirman su compromiso de seguir defendiendo el Río Frío, su biodiversidad y su importancia como fuente de vida y bienestar para las futuras generaciones.

La participación ambiental comunitaria: Un derecho y una herramienta de cambio

La participación ambiental es un derecho fundamental reconocido en diversos instrumentos internacionales, como el Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992) y el Acuerdo de Escazú (2018), los cuales establecen que todas las personas tienen derecho a acceder a la información, a participar en la toma de decisiones ambientales y a la justicia en asuntos ambientales. En Costa Rica, la Ley Orgánica del Ambiente (Ley N.° 7554) y el Código Municipal reconocen el derecho de las comunidades a involucrarse en la gestión ambiental y exigir la protección de los recursos naturales.

Este derecho no solo permite que las comunidades sean escuchadas, sino que también fortalece la gobernanza ambiental, promoviendo la transparencia y la corresponsabilidad en la toma de decisiones. Cuando las comunidades participan activamente en la defensa de su entorno, se convierten en actores clave para la sostenibilidad y el bienestar colectivo.

Un ejemplo de esto es la reciente acción de la comunidad de Maquengal, en Guatuso, donde sus habitantes, preocupados por la explotación del Río Frío, se movilizaron y presentaron cartas al alcalde y a la directora del Área de Conservación Arenal Huetar Norte. Esta acción no solo visibiliza el impacto ambiental de la extracción de materiales en el río, sino que también representa un ejercicio concreto de participación ambiental, donde la comunidad exige el cumplimiento de normativas ambientales y la implementación de medidas de protección y restauración ecológica.

Casos como el de Maquengal demuestran que la participación ciudadana es esencial para la defensa del ambiente. No se trata solo de denunciar, sino de involucrarse en la construcción de soluciones sostenibles. Cuando una comunidad se une en la defensa de su territorio, genera cambios reales y refuerza la conciencia ambiental para las futuras generaciones.

Algunas imágenes del Río Frío

Les compartimos esta infografía que resume las alertas de la comunidad de Maquengal en torno al Río Frío.

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Sentires y Saberes: Después de las Municipales en Guatuso ¿Qué?…Grupo en Defensa del Río Frío hace su balance

 

Nos reunimos con Yadira, Juan, Deula, Ofelia y Emigdio sobre la propuesta del Diagnóstico ambiental que propone el Alcalde electo Carlos Sequeira, y lastimosamente tuvimos un fallo técnico y perdimos alrededor de 10 minutos, los cuales retomamos a partir de colaboraciones mediante audios que pedimos posterior a nuestro encuentro el 17 de febrero del 2024. En esta segunda se unen Renato Paniagua para conocer en breve sobre el estado de Caño Negro y Minor Atencio de Maquengal, conversamos en esta parte sobre el estado de la promoción turística,  ¿Cómo está el turismo en Maquengal? y ¿Qué implicaciones tiene la extracción de material para esta actividad?

Les comparitmos también el balance que hace el grupo del trabajo realizado durante el 2023.

Además, en este documento podrán ver todos los materiales que se han realizado durante los útlimos 2 años de trabajo.

 

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Maquengal y extracción de material ¿Y ahora qué?

Este pasado 17 de febrero las personas vecinas que han venido articulandose en un grupo prodefensa del Río Frío de la comunidad de Maquengal, se dieron un espacio para reflexionar sobre todo el trabajo que han realizado durante el 2023, y nos comparten sus aprendizajes, así como los desafíos que tienen de cara a este año que empieza.

En esta ocasión compartieron Yadira Campos, Emiglio Barrantes, Deula Atencio, Juan Castrillo y Ofelia Ugalde, la sesión partió de identificar los diversos momentos significativos que vivieron durante el año, y cómo a partir de estos, lograron o no articular acciones de indencia local para sensibilizar sobre los impactos de la extracción material del Río Frío. Además, aprovecharon la ocasión, para identificar acciones concretas que deben impulsar durante el 2024.

Algunas dimensiones relevantes que se compartieron se encuentran:

  • Han logrado consolidar las labores de vigilancia y cuido del Río Frío.

  • La participación en espacios regionales ha sido muy importante para dar a conocer la situación del Río Frío y construir alianzas con otras comunidades.

  • Que apesar del descrédito por parte de algunas personas a nuestros esfuerzos, el trabajo ha sido muy importante, porque ha concientizado a la gente a través de diversos canales.

Para conocer con más detalle estas dimensiones, así como otros aprendizajes que nos comparten desde el grupo, les invitamos a leer este boletín «El hormiguero de Maquengal», donde les presentan los resultados del taller de seguimiento a la sistematización de la experiencia. 

Puede descarga el documento aquí

Galería

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¡Vamos al Río!: Compartimos en el Río Guaciamal las tensiones y amenazas que atraviesan los ríos

En el marco del Encuentro contra los Quebradores (30 de junio y 1 de julio 2023) tuvimos la oportunidad de compartir y generar estos audios que recogen algunas de las intervenciones que se dearrollaron durante la visita al Río Guacimal, en este espacio se dieron momentos en donde las distintas personas que participaron tuvieron la oportunidad de compartir inquietudes y saberes en torno a la situación que están enfrentando nuestros ríos. Esperamos que estos saberes en diálogo enriquezcan nuestras perspectivas y permitan construir prácticas para seguir profundizando nuestras acciones transformadoras para la protección y disfrute de nuestros bienes comunes naturales.

Situación del Río Guacimal: En este momento de la visita del río, se expone la situación que atraviesa el Río Guacimal, que desde la actividad piñera hasta los quebradores, han procurado explotar este río, estas acciones han traído importantes consecuencias en la vida del río, pero también impacto en los ecosistemas de los cuales depenende de la buena salud del río.

Piña y redes de poder: En esta ocasión, a partir de la exposición del caso de Buenos Aires y la presencia de una empresa transnacional, se reflexiono las implicaciones que tienen este tipo de actividades, no sólo en la concentración de la tierra, sino en la monopolización de todas las actividades de las comunidades, y las implicaciones que representa esto, ya que limita para el ejercicio de la participación política y ambiental.

Participación y fortalecimiento organizativo: A partir de los escenarios del Río Guacimal y Buenos Aires, se reflexiono sobre la importancia que tienen no sólo la denuncia, sino también la necesidad de involucrar a la comunidad y las juventudes, la construcción de consciencia y la búsqueda de acciones que enriquezcan la vida comunitaria, ya que sin esta participación, la posibilidad de construir alternativas se limita.

Situación de la Asada de Judas de Chomes: Como cierre de la visita, conversamos en el sitio de la Toma 2, que abastece a la comunidad de Judas de Chomes, esta localidad dependen del 100% de pozos que se alimentan de las aguas del Río Guacimal. Por esta razón, la fragilidad que representa las afectaciones al río Guacimal, no son tema menor. Es así, como ante el escenario de quebradores activos, reflexionamos ¿cuál es el impacto de un quebrador sobre esas aguas?

Galería:

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Sentires y Saberes: Ríos y Quebradores en el Pacífico Central ¿Qué implicaciones tiene esta relación?

Conversamos con Edwin Aguirre de la Asada de Judas de Chomes sobre la situación que enfrentan las ASADAS del Pacífico Central con la intensificación de la Minería No Metálica. ¿Qué implicaciones tiene para sus territorios? ¿Cómo puede afectar el agua de consumo humano? ¿Qué desafíos representa para las comunidades? Con estas preguntas y otras más compartimos con Edwin en el marco del Encuentro Contra los Quebrebadores celebrado el 30 de junio y 1 de julio en Judas de Chomes.

 

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Conociendo la Asada de Quebrada Honda de Patarrá

Visitamos la Asada de Quebrada Honda (Patarrá, Desamparados) en compañia de Jorge Abarca (fontanero) y conversamos sobre sus origienes y situación actual ¿qué implica una Asada? ¿qué amenazas están cercando las nacientes? ¿por qué sigue siendo importante defender la montaña? Son algunas de las preguntas que motivaron nuestras conversaciones ese día.

Conversamos la importancia que tiene el cuido de la montaña para la protección de las nacientes y los ecosistemas que hacen posible su existencia. Dentro de las situaciones que están amenazando la Asada, es la posible expansión de las actividades relacionadas a la minería no metálica de arenas sílicas y cal. Por estar razón, la Asada nos alerta sobre la importancia que tiene la sensbilización comunitaria y la vigilancia constante de la montaña.