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Noticias que engañan: cuando la propaganda se disfraza de periodismo

En tiempos de elecciones, no todo lo que brilla informa. El Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra lanza el documento de trabajo “Noticias que engañan”, una herramienta urgente y provocadora que busca abrir los ojos de la ciudadanía frente a los múltiples disfraces de la desinformación y el pseudoperiodismo.

Este folleto forma parte de la propuesta “Democracia, tenemos que hablar…”, y es una invitación a poner en pausa el scroll, cuestionar lo que consumimos y recuperar el pensamiento crítico como un ejercicio cotidiano de defensa democrática.

En este escenario, las campañas políticas ya no se libran solamente en plazas públicas o debates televisados: se diseñan para viralizar emociones, moldear percepciones y evitar el cuestionamiento. El auge del pseudoperiodismo convierte la comunicación política en espectáculo, donde lo que importa no es la veracidad del mensaje, sino su capacidad de conectar emocionalmente y consolidar identidades políticas a través de relatos cuidadosamente producidos. Esto reduce el debate electoral a una competencia de imágenes, frases hechas y manipulaciones algorítmicas, en detrimento de las propuestas, los compromisos reales y la rendición de cuentas.

 

Esta tendencia no es solo una estrategia de campaña; es un riesgo profundo para el sistema democrático. Si las candidaturas se consolidan sobre narrativas falsas o cuidadosamente maquilladas, se vacía el sentido de la deliberación pública y se debilita el rol del voto informado. Frente a esto, el documento propone una ciudadanía que no se conforme con consumir mensajes bonitos, sino que exija transparencia, pluralidad y una comunicación política que esté al servicio del bien común, no de los intereses particulares.

📣 ¿Qué propone este documento?

A lo largo de sus páginas, el folleto expone de manera clara y accesible cómo muchas piezas mediáticas —aparentemente periodísticas— en realidad funcionan como publirreportajes políticos disfrazados. A través de ejemplos concretos y herramientas prácticas, se alerta sobre:

  • El uso del pseudoperiodismo como estrategia de propaganda.

  • La manipulación emocional como forma de persuasión política.

  • La falta de voces diversas y la ausencia de datos verificables.

  • Los nuevos riesgos digitales: deepfakes, troles, granjas de contenido y medios sin transparencia.

Además, se explican conceptos clave como sesgo de confirmación, titulares manipuladores o granjas de contenido, e incluye una guía para identificar entrevistas complacientes, titulares engañosos y medios de dudosa ética.

🗳️ Elecciones 2026: entre la desinformación y la decisión

El documento nos advierte con claridad: la campaña del 2026 no se librará solo en urnas, sino en redes, algoritmos y pantallas. En este nuevo campo de batalla digital, el ruido informativo puede silenciar los debates sustantivos y vaciar de sentido nuestras decisiones como electores.

Frente a este panorama, Noticias que engañan no solo denuncia, sino que propone: recuperar la conversación, debatir nuestras diferencias con honestidad, reapropiarnos del diálogo como herramienta política y exigir medios que sirvan al bien común, no al cálculo electoral.

🤔 ¿Por qué importa?

Porque sin información honesta no hay ciudadanía activa, y sin ciudadanía activa no hay democracia real. Este material no busca imponer verdades, sino invitarnos a sospechar con criterio, conversar con respeto y votar con conciencia.

Este folleto forma parte de la propuesta “Democracia, tenemos que hablar…”, un espacio abierto para la reflexión y la crítica en tiempos de erosión democrática. En el contexto de las elecciones nacionales de 2026 en Costa Rica, esta iniciativa busca fomentar el diálogo colectivo y la reivindicación de las luchas históricas por los derechos de las personas, frente al avance del autoritarismo y el debilitamiento de los valores democráticos.

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Por la defensa del Río Frío y la seguridad de nuestras comunidades – Carta abierta a las autoridades de Guatuso y a la comunidad

Las intensas lluvias de los últimos días, sumadas al paso de la onda tropical n.º 16, han traído nuevamente escenas dolorosas para nuestro cantón: viviendas anegadas, caminos intransitables, familias evacuadas y el temor creciente de quienes habitamos cerca de los ríos. Estas inundaciones no son un fenómeno nuevo, pero su frecuencia e intensidad nos obligan a preguntarnos qué factores locales están agravando los impactos de la naturaleza sobre nuestro territorio.

Desde el año 2022, la comunidad de Maquengal viene alertando sobre un tema que no puede seguir ignorándose: la extracción intensiva de materiales (arena y piedra) del Río Frío. Sabemos que las inundaciones no se deben únicamente a esta actividad y que existen otros factores que influyen —como fenómenos climáticos extremos y deficiencias en la gestión del territorio—; sin embargo, hemos denunciado públicamente cómo esta extracción, lejos de ser una medida controlada para el bien común, ha sido promovida como un recurso económico sin una adecuada evaluación de sus impactos, contribuyendo a agravar la vulnerabilidad de nuestras comunidades.

En espacios públicos, programas de radio y actividades comunales, hemos mostrado los efectos visibles en el río: pozas desaparecidas, erosión de riberas, maquinaria destruyendo isletas, caudal disminuido y una sedimentación creciente que afecta incluso humedales como Caño Negro.

Lo más preocupante es que, ante años de denuncias, la gran respuesta de la administración municipal anterior fue declarar, como “herencia”, la aprobación de 30 años más de explotación sobre el Río Frío. Esa decisión, lejos de garantizar el bienestar de las comunidades, ha significado la continuidad de una política extractiva que debilita el cauce, reduce la capacidad de conducción de las aguas y agrava los riesgos que hoy vivimos con las inundaciones.

Estos no son problemas aislados ni meramente ambientales; tienen consecuencias directas sobre la seguridad de nuestras comunidades. Cuando se extraen grandes volúmenes de material del cauce, el río pierde su estabilidad natural y su capacidad de contenerse. La alteración del lecho y la destrucción de retenes naturales provocan mayor erosión, facilitan el desprendimiento de piedras grandes y generan acumulaciones de sedimento aguas abajo. Así, cuando llegan lluvias intensas, el agua ya no encuentra un cauce seguro y comienza a desbordarse con más facilidad, afectando planicies, fincas y viviendas.

Sabemos que la actual administración municipal, durante su campaña electoral, prometió realizar un diagnóstico ecológico del cantón. Consideramos que este es el momento oportuno para honrar ese compromiso. Un diagnóstico serio, participativo y público permitiría tomar decisiones responsables, basadas en información clara, y orientar verdaderas políticas de manejo de cuencas que prioricen la vida, la seguridad y el bienestar de nuestras comunidades.

Por eso hoy, ante esta nueva emergencia que vive nuestro cantón, reiteramos un llamado urgente que venimos haciendo desde hace más de dos años:

  1. Revisión inmediata de las concesiones: Evaluar todas las concesiones y permisos de extracción vigentes sobre el Río Frío.
  2. Moratoria en nuevas concesiones: Suspender la entrega de nuevos permisos hasta contar con un diagnóstico ambiental actualizado, transparente y con participación comunitaria.
  3. Garantías de transparencia: Asegurar que la comunidad pueda verificar que se está extrayendo el material correcto y en la cantidad autorizada.
  4. Evaluación de daños acumulados: Realizar un estudio técnico riguroso que documente los impactos en la cuenca alta y baja del río, considerando su relación con la creciente vulnerabilidad ante inundaciones.
  5. Restauración y fiscalización: Impulsar planes de restauración ecológica y reforzar la supervisión para evitar prácticas extractivas excesivas como las ocurridas en años anteriores.
  6. Cumplimiento de compromisos ambientales: Elaborar el diagnóstico ecológico del cantón, que debe ser la base de todas las decisiones relacionadas con el ambiente.

Existen experiencias y mecanismos que pueden ayudar a avanzar en este camino, tales como:

– Publicar informes claros y accesibles.

– Implementar controles de pesaje confiables.

– Realizar auditorías ambientales abiertas a la comunidad.

– Reconocer y fortalecer el papel de los comités de vigilancia comunitaria como actores clave en el monitoreo.

No nos mueve la oposición al progreso ni al mantenimiento de caminos, sino la defensa de un bien común vital. El Río Frío no es solo un banco de materiales; es un patrimonio hídrico, cultural y ecológico que sostiene la vida de Maquengal, de Guatuso y de toda la región norte.

Invitamos a nuestras autoridades municipales y ambientales a que escuchen la voz de la comunidad, que se informen de los datos y testimonios que desde 2022 venimos compartiendo. Y convocamos a todas y todos los vecinos del cantón a sumar esfuerzos para que estas inundaciones no sean vistas solo como eventos inevitables de la naturaleza, sino como una señal de que debemos cambiar la forma en que tratamos nuestros ríos.

Que esta carta sea un recordatorio de que aún estamos a tiempo de cuidar lo que nos da vida.

Por nuestros hijos y nietos, por la seguridad de nuestras comunidades y por el respeto al agua que nos sostiene.

Con respeto y firmeza, Comité para la Defensa de la Cuenca del Río Frío – Maquengal

Si quieren conocer más sobre el Comité para la Defensa de la Cuenca del Río Frío, sobre sus señalamientos y propuestas pueden visita la nota «Maquengal alza la voz en el Día Mundial del Agua: Urgen medidas para frenar la explotación del Río Frío»

Galería

Las siguientes fotografías muestran el impacto de la extracción intensiva realizada durante los últimos ocho años. Ya se observan afectaciones en las partes altas del territorio. En esta imagen, por ejemplo, se aprecia cómo el río se ha hundido, socavando el paredón, arrasando con el camino existente y alcanzando una profundidad de aproximadamente metro y medio.

Esta nota fue elaborada por la comunidad de Maquengal, en el cantón de Guatuso, con el objetivo de visibilizar las problemáticas que afectan la cuenca del Río Frío y ejercer su derecho a vivir en un ambiente sano y seguro. A través de este pronunciamiento público, buscan llamar la atención de las autoridades y de la ciudadanía en general sobre la urgencia de detener prácticas extractivas que incrementan la vulnerabilidad de las comunidades ante inundaciones y otros riesgos. El Observatorio de Bienes Comunes publica este comunicado con el fin de amplificar la voz comunitaria y contribuir a la defensa de los bienes comunes.

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Costa Rica sin voz en Ramsar: el retroceso de Costa Rica en la protección de humedales durante el gobierno Chaves Robles

En plena COP15 de la Convención Ramsar, Costa Rica destaca por su ausencia. Mientras otros países reportan avances y amenazas sobre sus humedales, el gobierno de Rodrigo Chaves Robles no ha emitido una sola actualización sustantiva entre 2022 y 2025.

Una conferencia clave en tiempos de crisis ecosistémica

Del 23 al 31 de julio de 2025 se celebra en Victoria Falls, Zimbabue, la 15.ª Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención Ramsar, el tratado internacional que promueve la conservación y uso racional de los humedales, por su papel esencial en la biodiversidad, la regulación hídrica y la sostenibilidad de la vida humana.

Esta edición representa un momento clave para examinar el estado de más de 2.500 sitios Ramsar en todo el mundo, coordinar acciones frente a su deterioro y evaluar el cumplimiento de las obligaciones de los Estados Parte. Según el informe oficial de la Secretaría (COP15 Doc.9), Costa Rica no figura entre los 29 países que actualizaron sus Fichas Informativas Ramsar (FIR) ni los mapas de sus sitios durante el periodo 2022–2025.

El panorama general también es preocupante: el 74 % de los sitios Ramsar a nivel global tienen información desactualizada, y en el 52 % de los casos no se ha reportado ninguna actualización reciente. En medio de esta crisis de seguimiento, la situación de Costa Rica destaca negativamente, ya que no se registraron nuevas designaciones, ampliaciones ni reportes sobre amenazas ecológicas en sus humedales, pese a múltiples denuncias documentadas por organizaciones sociales y medios de comunicación. La única explicación posible desde el marco institucional sería que los procesos se encuentren actualmente en etapa de actualización técnica aún no reportada oficialmente.

Tres años de silencio en la era Chaves Robles

Este periodo coincide plenamente con el mandato del presidente Rodrigo Chaves Robles y su Ministro de Ambiente y Energía Franz Tattenbach, iniciado en mayo de 2022. Durante la administración, se ha recortado el financiamiento a programas ambientales clave, debilitado instituciones como el SINAC y promovido visiones de desarrollo centradas en la desregulación territorial.

La inacción de Costa Rica en el marco de la Convención Ramsar es coherente con la política ambienta impulsada por la administración, refleja una política caracterizada por la omisión y la inercia. La falta de actualizaciones técnicas y legales es especialmente grave considerando que los humedales son bienes comunes fundamentales para enfrentar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la inseguridad hídrica.

Sitios Ramsar sin seguimiento ni vigilancia efectiva

Costa Rica cuenta con doce humedales declarados de importancia internacional, como Caño Negro, Térraba-Sierpe o Palo Verde entre los más conocidos. Sin embargo, según el informe Ramsar 2025, ninguno de estos sitios fue actualizado durante el trienio revisado. Esto incluye la omisión de información técnica, cartográfica y ecológica en el sistema oficial Ramsar.

Además, el país no figura entre aquellos que reportaron modificaciones en las condiciones ecológicas de sus humedales, como lo exige el Artículo 3.2 de la Convención. Esta omisión se agrava al considerar la abundante evidencia empírica y periodística sobre múltiples afectaciones recientes.

Denuncias en el territorio: señales de alerta para los humedales

Pese al silencio institucional, diversos medios y actores comunitarios han documentado múltiples amenazas a humedales protegidos, lo que evidencia la falta de seguimiento y monitoreo. Algunas situaciones destacadas incluyen:

Humedales Ramsar

  • Caño Negro: La sedimentación acelerada por actividades agrícolas y la expansión de cultivos agroindustriales sin control están transformando su ecosistema, mientras la vigilancia institucional sigue siendo insuficiente para detener el deterioro.

  • Térraba-Sierpe: Hay una alerta sobre  el interés de instalar un relleno sanitario que pondría en riesgo las aguas, además, la Fiscalía Ambiental de Osa ordenó medidas de restauración ante ocupación ilegal dentro del humedal (Chacón Soto, 2025; Ministerio Público, 2025).

  • Palo Verde: El sitio ha experimentado cambios significativos en sus características ecológicas, particularmente en su régimen hidrológico, como resultado de actividades agrícolas y ganaderas en los alrededores, así como por la construcción de un proyecto de abastecimiento de agua (Chacón, 2025; Convención Ramsar, 2025).

  • Humedales Caribe Noreste: El sitio ha experimentado cambios notables en sus características ecológicas, principalmente en su régimen hidrológico, como consecuencia de la construcción de canales artificiales en la zona. (Chacón, 2025; Ramsar Convention Secretariat, 2024; Convención Ramsar, 2025).
  • Gandoca-Manzanillo: Este sitio ha sufrido graves amenazas por permisos de construcción irregulares, tala legal e ilegal en zonas protegidas, y una reducción no técnica de aproximadamente el 40 % del área reconocida como humedal.

Situaciones de presión en torno a los humedales

  • Caribe Sur: El monitoreo de Philippe Vangoidsenhoven y el accionar de diversas organizaciones ha permitido reportar tala, drenaje y uso comercial de humedales en zonas como Puerto Viejo y Gandoca-Manzanillo, evidenciando  permisividad institucional (Observatorio de Bienes Comunes, 2025).
  • Playa Negra (Talamanca): En febrero de 2025, se denunció un intento de relleno de humedal en plena Zona Marítimo Terrestre, detenido gracias a la intervención ciudadana y del Ministerio Público (Martinez, 2025).

  • Estero del río Lagarto (Sámara): En 2024, la Sala Constitucional ordenó estudios tras comprobarse afectaciones por obras privadas sobre un ecosistema frágil (CRHoy, 2024).
¿Reconocimiento internacional?: Humedales mencionados en el informe

Aunque el Estado costarricense no presentó reportes formales sobre el estado de sus humedales entre 2022 y 2025, el documento oficial para la COP15 de la Convención Ramsar sí reconoce dos casos críticos en el país. En su Anexo 4a, que enumera los sitios con alteraciones ecológicas confirmadas por las autoridades nacionales o verificadas por la Secretaría, aparecen los humedales Ramsar Gandoca-Manzanillo y Térraba-Sierpe como parte de los 185 sitios a nivel mundial con expedientes abiertos bajo el artículo 3.2.

Este registro internacional refuerza lo que ha sido ampliamente denunciado en territorio nacional:

  • En Gandoca-Manzanillo, se han documentado construcciones irregulares, tala legal e ilegal en zonas protegidas, ocupaciones dentro del humedal y una reducción no técnica del 40 % del área reconocida, impulsada por la Directriz 09-2023 del MINAE. Este caso ha generado denuncias ante la Convención Ramsar y solicitudes de revisión al Ministerio del Ambiente. En julio de 2025, la Sala Constitucional anuló el Plan de Manejo vigente, señalando que viola el principio constitucional de un ambiente sano y la Convención Ramsar.

  • En Térraba-Sierpe, la situación también es alarmante. El sitio fue incluido en la lista por afectaciones ecológicas no reportadas oficialmente. Entre ellas destacan la contaminación potencial asociada a una planta de tratamiento, ocupaciones ilegales y la orden de medidas de restauración por parte de la Fiscalía Ambiental de Osa. Esta omisión en los reportes estatales viola el artículo 3.2, que exige informar sobre cualquier cambio en las condiciones ecológicas de los humedales protegidos.

Esta se encuentra detenida por el momento, gracias a la resistencia organizada de la comunidad de Salamá, en Osa. En junio de 2025, tras meses de presión ciudadana, el Concejo Municipal declaró como “inconveniente para los intereses del cantón” un proyecto privado de relleno sanitario promovido por la empresa Nova Tierra C.R. S.R.L., que pretendía instalarse en las cercanías del humedal Térraba-Sierpe. Entre los riesgos identificados destacaban la contaminación por lixiviados, el impacto sobre nacientes y quebradas no contempladas, así como afectaciones potenciales a este ecosistema protegido. La movilización comunitaria, junto con intervenciones clave como la del diputado Ariel Robles ante SETENA, fue determinante para detener esta iniciativa, que violaba normativas relacionadas con áreas silvestres protegidas. Este caso demuestra el rol crucial de la participación social en la defensa de los humedales frente a proyectos incompatibles con su valor ecológico y cultural.

También se mencionan los casos del Parque Nacional Palo Verde y el Humedal Caribe Noreste, donde se reportan proyectos de infraestructura y cambios ecológicos sin actualizaciones estatales. Cabe recordar que los Estados Parte deben remitir información periódica a la Convención Ramsar cada seis años, y en este caso no se ha hecho desde hace más de seis años (Chacón, 2025; Convención Ramsar, 2025).

El hecho de que estos sitios figuren en el informe oficial de la COP15, pese al silencio del gobierno costarricense, evidencia una grave desconexión entre la realidad ecológica y los compromisos internacionales asumidos por el país. También subraya el papel clave que cumplen la vigilancia ciudadana, la acción judicial y la presión social para visibilizar y denunciar las amenazas sobre estos bienes comunes.

¿Qué explica esta omisión?

La desconexión entre los hechos documentados y el silencio en los reportes oficiales responde a factores estructurales y políticos:

  • Fragmentación institucional: La gestión de humedales recae en múltiples entidades con escasa coordinación (SINAC, AyA, municipalidades, etc.).

  • Desfinanciamiento ambiental: La política de austeridad del gobierno limita la capacidad operativa de las instituciones ambientales.

  • Modelo de desarrollo extractivo: Se fomenta la inversión turística e inmobiliaria incluso sobre territorios protegidos, sin evaluaciones integrales ni participación social efectiva.

  • Desregulación ambiental: Se debilitan marcos normativos y controles institucionales en nombre de la «reactivación económica», lo que facilita actividades nocivas en ecosistemas frágiles.

  • Corrupción y captura institucional: Funcionarios y autoridades favorecen intereses privados mediante decisiones discrecionales, omisiones deliberadas o trámites irregulares que permiten el avance de proyectos extractivistas sobre áreas protegidas.

Esta inercia no es solo técnica: es una forma de violencia institucional que invisibiliza los conflictos ecológicos y facilita la mercantilización de territorios esenciales para la vida.

Del discurso verde a la acción ausente

Costa Rica ha construido su reputación internacional sobre una narrativa de sostenibilidad y liderazgo ambiental. Sin embargo, la ausencia total de acciones en el marco de la Convención Ramsar entre 2022 y 2025 evidencia una fractura entre el discurso ambiental y la práctica estatal. Esta omisión no es aislada: es coherente con el más reciente informe de labores del presidente ante la Asamblea Legislativa, en el cual no se mencionó ningún avance en torno a la política ambiental; de hecho, ni siquiera se aludió al tema. (Observatorio Bienes Comunes, 2025)

Más allá de los informes, lo que está en juego son los territorios del agua, los ciclos ecológicos y los modos de vida que dependen de los humedales. Frente al avance del extractivismo turístico, el desinterés gubernamental y la burocracia sin voluntad, urge reactivar la vigilancia pública y fortalecer la participación comunitaria en la defensa de estos ecosistemas como bienes comunes esenciales para la vida digna.

“Sitios Ramsar de Costa Rica: Estado de conservación y principales amenazas”

Indicaciones:
🟢 Buen estado general
🟡 Estado intermedio / presión moderada
🔴 Estado crítico / alta presión

Sitio RamsarUbicaciónÁrea (ha)Estado
Parque Nacional Palo VerdeGuanacaste~18 418🟡 Sedimentación y presión agrícola
Refugio Nacional de Vida Silvestre Caño NegroAlajuela~9 969🟡 Cambios hidrológicos y sedimentación
Parque Nacional TortugueroLimón~26 156🟡 Presión turística
Humedal Nacional Térraba-SierpePuntarenas~27 000🔴 Ocupaciones ilegales y contaminación
Parque Nacional Isla del CocoPacífico oceánico~99 623🟢 Buen estado general, pesca ilegal externa
Laguna RespingueGuanacaste~245🟡 Baja atención institucional
Parque Nacional Marino Las BaulasGuanacaste~439🟡 Expansión inmobiliaria cercana
Estero de Puntarenas (no es parte Ramsar, sin embargo de importancia)Puntarenas~24 000🔴 Contaminación crónica y expansión portuaria
Humedal MaquenqueZona Norte~59 692🟡 Presión agrícola
Manglares de Potrero GrandeGuanacaste~139🟡 Fragmentación y expansión ganadera
Refugio Nacional de Vida Silvestre TamarindoGuanacaste~500🟡 Presión turística y expansión urbana
Embalse ArenalGuanacaste/Alajuela~5 000🟡 Cambios ecológicos por represas y turismo
Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-ManzanilloLimón~5 013🔴 Conflictos de uso del suelo, turismo sin control
Humedal Caribe NoresteLimón~100 000🟡 Fragmentación, deforestación y falta de gestión
Turberas de TalamancaCordillera de Talamanca~19 000🟢 Buen estado general, aunque vulnerable al cambio climático
¿Qué son las Fichas Informativas Ramsar y por qué su actualización es crucial?

La actualización de las Fichas Informativas Ramsar (FIR) y los mapas oficiales de los sitios es una obligación clave dentro de la Convención Ramsar y cumple funciones fundamentales para la protección real de los humedales. Su importancia radica en al menos cinco aspectos:

Seguimiento ecológico riguroso: Las FIR recopilan datos técnicos actualizados sobre el ecosistema del sitio: tipo de humedal, especies presentes (incluidas las amenazadas), servicios ecosistémicos, amenazas actuales y acciones de manejo. Sin estos datos, no se puede evaluar ni responder al deterioro ecológico.

Delimitación clara del territorio protegido: Los mapas actualizados definen los límites legales y geográficos del sitio Ramsar. Esto es clave para evitar invasiones, proyectos mal ubicados o disputas sobre uso del suelo. Sin mapas precisos, los humedales quedan vulnerables a la expansión inmobiliaria, agroindustrial o turística.

Base legal y administrativa: La FIR y el mapa son los instrumentos que respaldan las medidas de protección ante tribunales, autoridades ambientales o proyectos con potencial impacto.
Sin una FIR vigente, la defensa jurídica del sitio se debilita.

Cumplimiento de compromisos internacionales: Ramsar exige actualizar estas fichas al menos cada seis años. No hacerlo puede implicar el incumplimiento de obligaciones multilaterales y afecta la credibilidad ambiental del país.

Transparencia y participación: La información pública actualizada permite que comunidades locales, investigadores y organizaciones puedan monitorear, denunciar y proponer acciones de mejora, fortaleciendo la gobernanza ambiental.

Referencias:

Arrieta, Esteban (2025, 2 de marzo). Frenar obras en Gandoca‑Manzanillo es urgente, según Defensoría ante la Sala IV. La República. Recuperado de:
https://www.larepublica.net/noticia/frenar-obras-en-gandoca-manzanillo-es-urgente-segun-defensoria-ante-la-sala-iv

Chacón, Vinicio. (2025, 24 de julio). Gandoca‑Manzanillo y Parque Nacional Palo Verde incluidos en informe Ramsar sobre humedales con “cambios negativos”. Semanario Universidad. Recuperado de:
https://semanariouniversidad.com/pais/gandoca-manzanillo-y-parque-nacional-palo-verde-incluidos-en-informe-ramsar-sobre-humedales-con-cambios-negativos/

Convención Ramsar. (2025). Informe de la Secretaría de conformidad con el Artículo 8.2 sobre la Lista de Humedales de Importancia Internacional (COP15 Doc.9). https://www.ramsar.org/document/cop15-doc9

Córdova, Javier. (2013, 25 de enero). Humedales Ramsar sobreviven en Costa Rica casi sin protección: crítica de Contraloría. Semanario Universidad. Recuperado de:
https://historico.semanariouniversidad.com/pais/humedales-ramsar-sobreviven-en-costa-rica-casi-sin-proteccin-critica-contralora/https://semanariouniversidad.com/pais/humedales-ramsar-sobreviven-en-costa-rica-casi-sin-proteccin-critica-contralora/

CRHoy. (2024, julio 5). Sala IV ordena estudios sobre humedales afectados en Sámara. Recuperado de https://www.crhoy.com/nacionales/sala-iv-ordena-a-sinac-estudios-sobre-humedales-en-playa-samara/

Defensoría de los Habitantes. (2025, 26 de febrero). Defensoría solicitó medida cautelar en caso Gandoca‑Manzanillo. Defensoría de los Habitantes, República de Costa Rica. Recuperado de:
https://www.dhr.go.cr/index.php/mas/comunicacion/comunicados-de-prensa/defensoria-solicito-medida-cautelar-en-caso-gandoca-manzanillo

El País.cr. (2025, 16 de julio). Sala IV anula Plan de Manejo del Refugio Gandoca‑Manzanillo por vulnerar protección ambiental. El País.cr. Recuperado de:
https://www.elpais.cr/2025/07/16/sala-iv-anula-plan-de-manejo-del-refugio-gandoca-manzanillo-por-vulnerar-proteccion-ambiental/

Martínez, Alonso. (2025, febrero 12). Ambientalistas denuncian relleno ilegal en Playa Negra, Talamanca. Delfino.cr. https://delfino.cr/2025/02/ambientalista-denuncia-intento-de-rellenar-humedal-en-playa-negra-puerto-viejo

Ministerio Público de Costa Rica. (2025, 17 de julio). Hombre deberá suspender actividades económicas en terrenos del Estado dentro de humedal Térraba-Sierpe. Ministerio Público. Recuperado de:
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Observatorio Bienes Comunes UCR. (2025, 17 de junio). Comunidad de Salamá logra otro paso para frenar el “basurero”: Concejo Municipal de Osa declara inviable el proyecto privado. Gestión de residuos, Impacto ambiental, Relleno sanitario Osa. Recuperado de Observatorio Bienes Comunes UCR Recuperado de: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/comunidad-de-salama-logra-otro-paso-para-frenar-el-basurero-concejo-municipal-de-osa-declara-inviable-el-proyecto-privado

Observatorio Bienes Comunes UCR. (2025, 14 de julio). Piden nulidad de la Ley 9223 por favorecer intereses inmobiliarios y degradar el sitio Ramsar Gandoca‑Manzanillo. Observatorio de Bienes Comunes. Recuperado de:
https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/piden-nulidad-de-la-ley-9223-por-favorecer-intereses-inmobiliarios-y-degradar-el-sitio-ramsar-gandoca-manzanillo/ La República+3Observatorio de Bienes Comunes+3Observatorio de Bienes Comunes

Observatorio de Bienes Comunes. (2025, 16 de mayo). Relleno tras relleno: la agonía de los humedales en el Caribe sur costarricense. Universidad de Costa Rica. https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/relleno-tras-relleno-la-agonia-de-los-humedales-en-el-caribe-sur-costarricense

Observatorio Bienes Comunes (2025, 4 mayo) ¿Ambientalismo oficial sin rumbo? La visión fragmentada del gobierno Chaves en su informe 2024-2025. Recuperado de https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/ambientalismo-oficial-informe-de-labores-del-presidente-chaves-2024-2025/

Pomareda, Fabiola. (2025, 14 de marzo). Convención Ramsar pedirá aclaraciones a ministro Franz Tattenbach sobre denuncia de desprotección a humedales de Gandoca‑Manzanillo. Semanario Universidad. Recuperado de:
https://semanariouniversidad.com/pais/convencion-ramsar-pedira-aclaraciones-a-ministro-franz-tattenbach-sobre-denuncia-de-desproteccion-a-humedales-de-gandoca-manzanillo/

Ramsar Convention Secretariat. (2024). COP14 national report: Costa Rica. Ramsar Convention on Wetlands. Recuperado de:
https://www.ramsar.org/document/cop14-national-reports-costa-rica

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Celebrar la biodiversidad: cuando proteger es también disfrutar – Piedades Sur de San Ramón

🌿🐾 El pasado domingo 6 de julio, la comunidad de Piedades Sur de San Ramón vivió una jornada llena de alegría, aprendizaje y compromiso con la naturaleza durante el Primer Festival de Felinos. Este evento fue impulsado por el colectivo Felinos en Libertad, con el valioso apoyo de la Municipalidad de San Ramón, la Universidad de Costa Rica y diversos emprendimientos locales.

Durante esta jornada festiva se realizaron talleres de reciclaje, un recorrido guiado por la reserva natural del CTP de Piedades Sur, presentaciones culturales, actividades lúdicas organizadas por los Scouts y mucho más. Cada propuesta fue una invitación a reconocer la vida que habita el territorio, especialmente a los felinos silvestres, cuya presencia nos recuerda la urgencia de proteger los ecosistemas locales.

Las entrevistas presentadas en este video recogen voces de quienes hicieron posible esta experiencia: personas comprometidas con la educación socioambiental, la conservación, el arte y la participación comunitaria. Son testimonios que muestran cómo la alegría, el juego y el vínculo colectivo pueden ser potentes herramientas para sembrar conciencia y fortalecer el amor por nuestro entorno.

🎥 Escuchá a quienes están transformando su territorio desde el cuidado, el conocimiento y la celebración compartida.

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Tierra removida, árboles talados y amenazas veladas: alertas desde el Caribe Sur

El pasado 25 de julio de 2025, Philippe Vangoidsenhoven —vecino y defensor ambiental de Puerto Viejo— se dirigía hacia Hone Creek cuando observó una escena que, lamentablemente, se ha vuelto cada vez más común en el Caribe Sur. A la altura de la ferretería San Francisco, en Playa Negra, había gran presencia de maquinaria pesada: una retroexcavadora que salía hacia la calle, un furgón con tarima y dos vagonetas que, cargadas de tierra, dejaban caer material sobre la vía pública. Esta tierra caída no parecía un simple descuido, sino que evidenciaba el movimiento masivo de material, lo que hacía presumir que se realizaban trabajos de relleno de terreno como parte de una intervención de mayor envergadura en curso.

Al observar con mayor detalle, Philippe constató un patrón preocupante: primero se retira la tierra negra del terreno, luego se rellena con material presuntamente extraído ilegalmente de una loma y, finalmente, se cubre todo con lastre. Este proceso altera de forma acelerada el paisaje natural, afectando el suelo fértil y facilitando transformaciones que suelen preludiar desarrollos turísticos o urbanísticos sin control ambiental. Y aquí el punto clave no es solo si existen o no permisos: lo alarmante son las implicaciones de fondo que este tipo de acciones tiene sobre el paisaje, los ecosistemas y la vida comunitaria que depende de ellos.

Cuando Philippe decidió documentar la tierra esparcida en la vía, un conductor de vagoneta se le acercó de forma intimidante, preguntando una y otra vez: “¿Cuál es el problema? ¿Cuál es el problema?”. Ese momento refleja el riesgo cotidiano que enfrentan quienes, como Philippe, ejercen su derecho a defender el ambiente: hostigamientos, intentos de amedrentamiento y la sensación constante de vulnerabilidad.

Al día siguiente, Philippe regresó al sitio. El terreno ya estaba rellenado y, además, encontró otro punto donde varios árboles habían sido talados, presuntamente sin permisos, para abrir espacio a nuevas construcciones.

¿Por qué nos debe importar la tendencia urbanística en el Caribe Sur?

Porque no se trata de un hecho aislado ni de un simple movimiento de tierra. Cada intervención de este tipo altera el equilibrio ecolológico de la región, afecta la biodiversidad y degrada bienes comunes esenciales como el suelo fértil y el agua limpia. Al repetirse sin control, se va normalizando la idea de que es posible transformar terrenos y paisajes sin procesos transparentes ni evaluaciones ambientales rigurosas, debilitando la protección de áreas frágiles y ecosistemas sensibles: humedales, manglares, cauces de quebradas y la propia Zona Marítimo Terrestre, patrimonio colectivo de todas las personas.

Ignorar esta tendencia abre la puerta a un modelo de desarrollo que privilegia la ganancia privada por encima del bienestar de las comunidades y de los ecosistemas que las sostienen. Al mismo tiempo, deja desprotegidas a las personas que, como Philippe, se atreven a documentar y denunciar estas prácticas, exponiéndose a riesgos personales por defender el territorio.

Un modelo que transforma el paisaje para urbanizar

El procedimiento observado por Philippe no es nuevo: forma parte de un modelo extendido en varias comunidades costeras. Se trata de preparar terrenos de forma intensiva para urbanización, incluso cuando no se cuenta con permisos claros.
El patrón suele ser así:

Retiro de capa fértil: se extrae la tierra negra rica en nutrientes, a menudo para venderla en otros lugares.

Relleno con material externo: se traen camiones con tierra proveniente de lomas, muchas veces extraída sin autorización.

Cobertura con lastre: se coloca una capa final para estabilizar el terreno y darle apariencia de “lote listo” para construcción.

Con este método, un terreno húmedo o agrícola se transforma rápidamente en un lote urbano, pero a costa de destruir ecosistemas, alterar el drenaje natural y aumentar riesgos de inundación.

El patrón de peligro para quienes defienden el ambiente

Documentar estos procesos no es solo un acto de ciudadanía responsable; también puede convertirse en una actividad de alto riesgo. Las personas defensoras ambientales, como Philippe, enfrentan patrones de hostigamiento y amenazas cuando exponen prácticas ilegales o irregulares.
Estos riesgos incluyen:

  • Acoso verbal o físico al ser sorprendidas tomando fotos o registrando evidencia.

  • Intimidación indirecta, como seguirlas, bloquearles el paso o interpelarlas agresivamente.

  • Falta de respuesta efectiva de las autoridades, lo que deja a estas personas en situación de indefensión.

Defender el ambiente no debería ser peligroso. Sin embargo, en lugares como el Caribe Sur, quienes alzan la voz se convierten en la primera línea de resistencia ante actividades que transforman los paisajes sin respeto por la ley ni por la vida que sostienen.

¿Qué podemos hacer?

  • Mantenernos informados sobre los cambios en nuestro entorno.

  • Denunciar ante las autoridades competentes (como el 911, MINAE o al SINAC) cuando observamos prácticas que podrían ser ilegales.

  • Respaldar a las personas defensoras ambientales, reconociendo su aporte y exigiendo garantías para su seguridad.

  • Valorar y fortalecer los registros y monitoreos comunitarios, que permiten evidenciar los cambios en el paisaje a lo largo del tiempo. Fotografías, videos y bitácoras son piezas clave para exigir responsabilidades y visibilizar procesos que, de otra forma, quedarían ocultos.

El registro de Philippe no es solo un testimonio; es un llamado urgente a mirar con atención cómo, bajo la apariencia de “mejoras” o “rellenos”, se están transformando paisajes que sostienen la vida y la cultura del Caribe Sur. La vigilancia ciudadana y el seguimiento constante son herramientas esenciales para proteger estos territorios que nos pertenecen a todos y todas.

Registro fotográfico

Nota: Las fotografías y videos incluidos en esta publicación son de carácter ilustrativo y tienen como único propósito reflejar la gravedad de la situación descrita. No deben interpretarse como evidencia directa contra personas específicas ni como señalamiento individual.

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Costa Rica en el Índice de Desarrollo Humano 2025: políticas que avanzan, exclusiones que perduran

Costa Rica vuelve a destacar en el Informe de Desarrollo Humano 2025 al ubicarse en el puesto 62 con un HDI de 0.833, dentro del grupo de países de desarrollo humano muy alto. Este resultado no es fruto del azar: responde a décadas de políticas sociales sostenidas y factores estructurales que han marcado el rumbo del país.

La inversión histórica en educación pública gratuita, la seguridad social universal, la ausencia de ejército y la estabilidad democrática han permitido construir una base sólida de salud, conocimiento y bienestar. Estos pilares explican que, incluso con limitaciones económicas, el país haya logrado mantener mejoras constantes en esperanza de vida, escolaridad y calidad de vida.

La importancia de la política social en el desarrollo humano

El progreso de Costa Rica no se entiende sin reconocer el papel central de sus políticas sociales, que han funcionado como motores sostenidos de bienestar y cohesión. Estas políticas no son simples programas aislados, sino decisiones de Estado que han moldeado el rumbo del país:

Educación pública gratuita
Desde hace más de 150 años, la educación gratuita y obligatoria ha garantizado que generaciones enteras tengan acceso al conocimiento, independientemente de su origen social. Esta apuesta permitió construir una fuerza laboral preparada, atraer inversión y fomentar innovación, reduciendo brechas de desigualdad.

Seguridad social universal
El sistema de salud y pensiones, basado en la Caja Costarricense de Seguro Social, cubre a prácticamente toda la población. Esto se traduce en indicadores de salud comparables con países desarrollados, mayor esperanza de vida y una red de protección que evita que millones caigan en pobreza extrema ante enfermedades o vejez.

Ausencia de ejército
Desde 1948, Costa Rica destinó recursos antes usados para la defensa a educación, salud e infraestructura social. Esta decisión no solo consolidó su reputación internacional como país pacífico, sino que liberó recursos fiscales para fortalecer políticas inclusivas y garantizar servicios públicos de calidad.

En conjunto, estas políticas no son un gasto, sino una inversión en las capacidades de la población, que se reflejan en el Índice de Desarrollo Humano y en la resiliencia del país ante crisis globales. Sostenerlas y actualizarlas es clave para que Costa Rica siga siendo un referente de desarrollo humano en la región.

Datos de Costa Rica según el HDR 2025

Indicador

Valor

Puesto mundial HDI

62

HDI 2023

0.833

Esperanza de vida al nacer

80.8 años

Años esperados de escolaridad

16.3 años

Años promedio de escolaridad

8.8 años

INB per cápita (PPP 2021)

23,417 USD

HDI ajustado por desigualdad

0.678 (pérdida del 18.6 %)

Índice ajustado por presiones planetarias (PHDI)

0.774


Un trayecto histórico de avance en desarrollo humano

Costa Rica muestra una evolución constante en el Índice de Desarrollo Humano (HDI), reflejando décadas de políticas públicas sostenidas. A continuación, un recorrido por los hitos más relevantes:

Año

HDI

Contexto histórico

1990

0.677

Inicio de registros internacionales; el país ya destacaba en educación y salud en comparación regional.

2000

0.734

Consolidación de la educación universal y expansión de la seguridad social, con mejoras en esperanza de vida y alfabetización.

2010

0.785

Políticas de inversión social y estabilidad económica elevan el bienestar; se aproxima al grupo de desarrollo humano muy alto.

2015

0.808

Costa Rica ingresa oficialmente al grupo de desarrollo humano muy alto.

2020

0.822

Antes de la pandemia, mantiene su ascenso sostenido gracias a políticas inclusivas.

2021

0.826

Recuperación parcial tras los efectos del COVID‑19.

2023

0.833

Máximo histórico, puesto 62 a nivel mundial, consolidando un liderazgo regional.

Tendencia general:
En poco más de tres décadas, Costa Rica aumentó su IDH en más de un 20 %, lo que evidencia que invertir en las capacidades de las personas genera progreso sostenible. En 2023, el país se ubicó en la posición 62 de 193 países y en el puesto 7 en América Latina.

Desafíos globales, respuestas locales

El pasado 2 de julio de 2025, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó en San José el Informe de Desarrollo Humano 2025: Una cuestión de elección: personas y posibilidades en la era de la Inteligencia Artificial. El evento, que reunió a autoridades nacionales, agencias internacionales y referentes del sistema de Naciones Unidas, ofreció una mirada actualizada sobre los retos y oportunidades del desarrollo humano en el contexto global y nacional.

El informe advierte sobre un estancamiento del desarrollo humano a nivel mundial, producto del aumento de las desigualdades entre países y de las presiones que enfrenta el modelo de desarrollo tradicional. Desde 2020, el IDH global no ha logrado recuperar su ritmo de crecimiento, y por cuarto año consecutivo crece la brecha entre los países con IDH muy alto y aquellos con IDH bajo o medio.

En ese contexto, se enfatizó que la inteligencia artificial no debe ser vista como una amenaza de sustitución humana, sino como una herramienta para potenciar la creatividad, personalizar la educación y la salud, y democratizar las oportunidades de desarrollo.

Inteligencia artificial y desarrollo: oportunidades con cautela

Uno de los aportes del informe es una encuesta global sobre percepciones en torno a la inteligencia artificial (IA). Si bien el 50 % de las personas considera que su trabajo podría automatizarse, un 60 % cree que la IA tendrá un impacto positivo y abrirá nuevas oportunidades laborales. En países con IDH bajo o medio, el 70 % espera que la IA aumente su productividad, y dos tercios creen que usarán IA en el ámbito educativo, laboral o de salud en el próximo año.

El informe también alerta sobre los riesgos de exclusión, concentración de poder y profundización de desigualdades, por lo que urge a mantener un compromiso ético que subordine la innovación tecnológica al bienestar humano.

Las deudas pendientes de la política social costarricense

Aunque Costa Rica mantiene una sólida posición en desarrollo humano, los datos también revelan retos urgentes que requieren atención para evitar retrocesos:

  • Desigualdad persistente: El IDH ajustado por desigualdad muestra una pérdida del 18.6 %. Comunidades rurales, pueblos indígenas y poblaciones afrodescendientes enfrentan barreras estructurales para acceder a educación, salud y empleo digno.

  • Brechas en calidad educativa: La cobertura educativa es amplia, pero la calidad varía considerablemente. Las escuelas rurales sufren de deficiencias en infraestructura, tecnología y disponibilidad de docentes especializados.

  • Riesgos para la seguridad social: La Caja Costarricense de Seguro Social, clave del sistema, está bajo presión por el envejecimiento de la población, el trabajo informal y la evasión de aportes. Su sostenibilidad requiere reformas profundas y consensuadas.
  • Protección frente a nuevos desafíos: El sistema aún no está preparado para enfrentar los efectos de la automatización, la precarización laboral juvenil o el cambio climático. Se requieren políticas activas que acompañen estos procesos de transformación.

  • Brechas de género: Aunque el país tiene un Índice de Desarrollo de Género de 0.975 (posición 55 de 170), persisten desigualdades en salud reproductiva, acceso al empleo formal y participación política.

Costa Rica y la sostenibilidad: un diferencial regional

Un aspecto positivo destacado en el informe es la baja pérdida del IDH ajustado por presiones planetarias: solo un 7.1 %, lo que permite a Costa Rica ascender 37 posiciones en esta categoría. Esto refleja políticas ambientales activas y un compromiso sostenido con la protección de los ecosistemas.

Los desafíos ante la disminución de la política social

A pesar de estos logros, el informe alerta sobre tendencias globales de debilitamiento de la política social y ambiental. En Costa Rica, los recortes presupuestarios, la presión fiscal y un discurso que minimiza el gasto social y la política ambiental como inversión podrían comprometer avances alcanzados durante décadas.

Reducir la política social significaría poner en riesgo las bases que explican el éxito del país en desarrollo humano: la protección ambiental, el acceso universal a salud, la educación de calidad y los programas que sostienen a las poblaciones más vulnerables. Mantener y fortalecer estas políticas no es solo una cuestión ética; es estratégico para asegurar que Costa Rica no pierda su posición de liderazgo regional.

El caso Ngöbe de Sixaola: el espejo de una política social que excluye

La situación del pueblo Ngöbe asentado en Sixaola revela, con crudeza, cómo las estadísticas nacionales pueden ocultar realidades profundamente desiguales. Pese a los avances globales del país en desarrollo humano, este grupo indígena enfrenta exclusión estructural en cada uno de los pilares de la política social: educación, salud, trabajo y territorio.

Las trabas para acceder a programas del IMAS por no contar con títulos de propiedad, la imposibilidad de realizar trámites digitales por barreras tecnológicas o lingüísticas, y la discriminación directa en la atención institucional demuestran que el diseño de la política social no incorpora una perspectiva intercultural ni territorial.

En salud, la saturación del sistema público, la ausencia de horarios compatibles con las condiciones laborales de la población Ngöbe y la violencia obstétrica hacia mujeres indígenas cuestionan el principio de universalidad del acceso. Además, el corte del servicio de agua potable, pese a existir leyes que prohíben esas prácticas, refuerza la negligencia sistemática hacia comunidades ya precarizadas.

 

En el ámbito laboral, el pueblo Ngöbe sigue expuesto a condiciones de semi-esclavitud en fincas bananeras y plataneras, sin protección sindical efectiva ni fiscalización estatal constante. Las mujeres, en particular, sufren una triple opresión: por ser indígenas, pobres y trabajadoras, con testimonios alarmantes de acoso sexual, despidos arbitrarios y racismo cotidiano.

Finalmente, la ausencia de un territorio indígena reconocido impide el acceso pleno a derechos y refuerza un patrón de desarraigo, invisibilidad y vulnerabilidad institucional. Sin tierra, no hay autonomía. Sin reconocimiento, no hay dignidad.

El caso Ngöbe no es una excepción: es un síntoma de cómo el modelo de bienestar costarricense puede fallar cuando no reconoce la diversidad socioterritorial del país. Si se quiere hablar de desarrollo humano real, será necesario mirar de frente estas deudas históricas y construir una política social verdaderamente inclusiva, con participación activa de los pueblos originarios y desde sus propias formas de vida.

Defender la política social como bien común

Las políticas sociales de Costa Rica no son meros instrumentos técnicos ni gastos aislados: son bienes comunes sociales, construidos a lo largo de décadas por decisiones colectivas que apostaron por la equidad y la solidaridad. La educación pública gratuita, la seguridad social universal y la ausencia de ejército no solo mejoran indicadores; tejen vínculos de confianza y corresponsabilidad que sostienen la vida democrática y el sentido de comunidad.

Defender y fortalecer estas políticas es defender el suelo común donde se cultiva el bienestar de todas las personas, especialmente en tiempos de incertidumbre global. Renunciar a ellas sería debilitar el tejido solidario que permite a la sociedad cuidarse a sí misma, garantizar derechos y abrir oportunidades para que cada generación viva con dignidad y esperanza.

Pueden descargar el resumen en español aquí.

Referencias:

Observatorio de Bienes Comunes UCR. (2025, julio 15). “Nos tratan como si no fuéramos de aquí”: Pueblo Ngöbe de Sixaola visibiliza abandono institucional y exige territorio. https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/nos-tratan-como-si-no-fueramos-de-aqui-pueblo-ngobe-de-sixaola-visibiliza-abandono-institucional-y-exige-territorio/

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2025). Informe sobre desarrollo humano 2025: Una cuestión de elección. Personas y posibilidades en la era de la inteligencia artificial (Pedro Conceição, Dir.). https://www.undp.org/es/costa-rica/comunicados-de-prensa/pnud-costa-rica-presenta-informe-de-desarrollo-humano-2025

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2025). A matter of choice: People and possibilities in the age of AI (Informe sobre desarrollo humano 2025). https://hdr.undp.org

climatico

¿Quién responde por la crisis climática? La Corte Internacional de Justicia marca un hito y abre caminos hacia la defensa de los bienes comunes

Este 23 de julio, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de las Naciones Unidas, emitió una histórica opinión consultiva que podría cambiar el rumbo de la justicia climática: los Estados son jurídicamente responsables por sus actos u omisiones frente al cambio climático, y su inacción puede constituir un hecho internacionalmente ilícito.

Aunque no se trata de un fallo vinculante, el dictamen tendrá un peso determinante en litigios climáticos actuales y futuros, al ofrecer claridad jurídica sobre las obligaciones de los Estados y abrir nuevas vías para exigir responsabilidades, reparaciones y transformaciones urgentes. Para quienes defendemos los bienes comunes naturales desde los territorios, esta decisión representa un hito y una herramienta para seguir luchando por justicia.

¿Qué resolvió la Corte?

La opinión consultiva fue solicitada por la Asamblea General de la ONU, a partir de una campaña impulsada desde 2019 por jóvenes estudiantes de Derecho en Vanuatu, un pequeño Estado insular del Pacífico. Ellos preguntaron a la CIJ: ¿qué obligaciones tienen los Estados para proteger el sistema climático? ¿Y qué consecuencias jurídicas enfrentan si no lo hacen?

  1. La respuesta de la Corte fue contundente:
  2. Los Estados tienen la obligación legal de prevenir, mitigar y reparar los daños climáticos.
  3. El cambio climático es una amenaza urgente y existencial, cuyas consecuencias afectan tanto a los derechos humanos como a la biodiversidad planetaria.
  4. La responsabilidad estatal incluye tanto acciones como omisiones: producción y consumo de combustibles fósiles, otorgamiento de licencias, subsidios, falta de regulación.
  5. Si la restitución de los daños no es posible, los Estados deben indemnizar a las poblaciones afectadas.
  6. El derecho internacional no se limita al Acuerdo de París: también se aplican normas consuetudinarias y principios generales, incluso para Estados que no forman parte de tratados específicos.

Este pronunciamiento da fuerza jurídica a lo que miles de comunidades han sostenido durante décadas: el colapso climático no es una catástrofe inevitable, sino el resultado de decisiones políticas y económicas concretas, que generan responsabilidades legales y éticas.

Bienes comunes naturales: más allá del “clima” como cifra

Desde una mirada de los bienes comunes naturales, esta opinión consultiva representa una oportunidad crucial para reorientar las luchas climáticas hacia una defensa integral del territorio, la vida y las relaciones de cuidado que sostienen el planeta.

El sistema climático no es una “cosa” que se protege desde afuera: es una condición común, viva y compartida, tejida con los ciclos del agua, los suelos, los océanos, los bosques, las comunidades y los cuerpos. Su degradación es también el deterioro de los bienes comunes que permiten la vida: el acceso al agua, el alimento, la salud, la energía, la tierra, el aire limpio.

“El derecho a un entorno sostenible es una condición indispensable para disfrutar de los demás derechos”, afirmó el juez Yuji Iwasawa al leer el dictamen.

Al reconocer que los Estados deben no solo prevenir, sino reparar los daños causados al sistema climático, el tribunal se acerca a una lógica reparadora y redistributiva, que es clave para las comunidades del sur global que han sufrido los impactos del extractivismo, la desigualdad ambiental y la injusticia histórica.

De las islas del Pacífico a los territorios en lucha

Lo que comenzó en un aula universitaria en Vanuatu se transformó en un proceso diplomático y jurídico sin precedentes: más de 130 países apoyaron la resolución, y 96 Estados participaron en las audiencias públicas. Esta articulación entre juventudes, organizaciones civiles, pueblos insulares y actores estatales muestra que las luchas por los bienes comunes y la justicia climática pueden escalar hasta los espacios más altos del derecho internacional.

Desde América Latina y el Caribe, este fallo puede fortalecer las exigencias de pueblos indígenas, comunidades campesinas, colectivos urbanos, defensores ambientales y juventudes que ya enfrentan las consecuencias del colapso climático: huracanes más intensos, pérdida de biodiversidad, desplazamientos, contaminación, escasez hídrica, inseguridad alimentaria.

“Esta decisión nos da herramientas para exigir un futuro habitable”, afirmó Mariana Campos Vega, de Juventud Mundial por la Justicia Climática.

Una oportunidad para transformar la gobernanza climática

Desde 2023, se han multiplicado los pronunciamientos judiciales en esta dirección: la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal del Derecho del Mar han vinculado el cambio climático con violaciones a los derechos humanos.

Con la opinión de la CIJ, el mensaje es claro: no hay más excusas para la inacción. Las decisiones climáticas no son optativas: son obligaciones legales.

Para los movimientos que defienden los bienes comunes, esto implica:

  1. Fortalecer la presión desde los territorios: las comunidades organizadas pueden usar este dictamen como argumento jurídico y político ante proyectos contaminantes.
  2. Desplegar litigios estratégicos: exigir reparaciones, detener obras destructivas, y defender derechos desde una perspectiva climática y comunitaria.
  3. Repensar la cooperación internacional: más allá de fondos climáticos, se requiere una transformación estructural en la forma en que se entienden la deuda ecológica, la redistribución y la justicia.
  4. Empoderar las voces del sur global: no como víctimas, sino como sujetos políticos, portadores de propuestas de futuro y de formas alternativas de vida.
Lo que está en juego: ¿un nuevo paradigma?

El fallo de la CIJ no resuelve por sí solo la crisis. Pero marca un punto de inflexión en el derecho internacional y abre un nuevo campo de posibilidades para quienes defienden los bienes comunes desde una perspectiva de reciprocidad, relacionalidad y autonomía.

“Una solución duradera y satisfactoria exige voluntad y sabiduría humana para cambiar nuestros hábitos, comodidades y el estilo de vida actual”, concluye el dictamen.

Desde el Observatorio de Bienes Comunes celebramos esta decisión como un respaldo a las luchas que, desde abajo, desde los márgenes y desde los territorios, ya vienen proponiendo otros caminos para la vida. La justicia climática no vendrá desde arriba si no se construye desde los pueblos, desde sus memorias, sus conocimientos, sus resistencias y su derecho a existir.

Referencias:

IPS Noticias. (2025, 23 de julio). Los Estados son responsables por la crisis climática, dicta la CIJ. IPS Noticias. https://ipsnoticias.net/2025/07/los-estados-son-responsables-por-la-crisis-climatica-dicta-la-cij/

Robaina, E. (2025, 23 de julio). La Corte Internacional de Justicia atribuye responsabilidad legal a los países que no protejan el sistema climático. Climática. https://climatica.coop/opinion-consultiva-corte-internacional-de-justicia-vanuatu-cambio-climatico/?tztc=1

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Cuando “mi terreno” no significa hacer lo que yo quiera: alertas desde el Caribe Sur

En distintos puntos del Caribe Sur se repite una escena preocupante: terrenos usados para lanzar escombros, troncos, cemento y tierra sin ningún control. Muchas veces, estos lugares son humedales o zonas con quebradas activas, ecosistemas frágiles que cumplen funciones vitales como regular inundaciones, filtrar el agua y sostener una enorme biodiversidad.

Así lo ha venido documentando Philippe Vangoidsenhoven a través de su monitoreo ciudadano. Recientemente, observó que, a 800 metros del cruce de Hone Creek, se estaban rellenando partes de un humedal: “tiraban material, troncos, tierra, material orgánico, pero también escombros de construcción y residuos de todo tipo. Esto no debe hacerse por ningún motivo”, relata. Aunque el dueño de la propiedad asegura que “es su terreno” y que puede dar permiso para botar ahí lo que sea, la ley es clara: tener una propiedad no autoriza a destruir ecosistemas ni a alterar cauces de agua o humedales. Estos son bienes comunes protegidos por normativas ambientales nacionales e internacionales.

Lo ocurrido recuerda una idea que todavía falta reforzar: la noción de propiedad privada no está por encima del interés público ambiental. Tener un terreno no significa que se pueda talar árboles protegidos, drenar humedales o desviar quebradas. Hacerlo es un delito y genera daños que impactan a toda la comunidad: mayor riesgo de inundaciones, pérdida de fauna, contaminación de aguas.

Lo que se ve sin buscar: escombros tapando humedales

El trabajo de monitoreo de Philippe ha denunciado cerca de cuatro casos que evidencian con claridad una práctica que se ha vuelto habitual en distintos puntos del Caribe Sur: la creación de ‘rellenos’ improvisados con todo tipo de desechos para ganarle terreno a la naturaleza y habilitar construcciones. Lo que a veces comienza con tierra o ramas termina convirtiéndose en una mezcla caótica de residuos orgánicos e inorgánicos: restos de construcción, cemento, cerámica, metales, cables, raíces de árboles talados en otros lugares y hasta baterías y plásticos.

A simple vista, se observa un patrón:

  • Se talan árboles en un terreno y se transportan sus troncos a otro sitio.
  • Se aprovechan demoliciones para cargar escombros en pick-ups o camiones pequeños.
  • Se arroja ese material en humedales, o para el relleno de las orillas de las quebradas, cubriendo lo inorgánico con material orgánico para que pase desapercibido.
  • Se nivela la superficie y, poco a poco, se prepara para construir encima.

Esta dinámica no es un hecho aislado: se repite incluso a escasos metros de instituciones públicas, sin que medie una respuesta inmediata para frenarla. La naturalización de estas prácticas revela una combinación peligrosa entre la débil fiscalización y la arraigada creencia de que, por ser propietario, se tiene derecho a modificar cualquier ecosistema.

Los casos que Philippe documenta —vagonetas descargando basura en un humedal o la presencia de residuos en los terrenos— refleja un problema estructural: la frágil capacidad de control ambiental y la urgencia de una ciudadanía vigilante que siga denunciando estas agresiones. Porque cada relleno improvisado es, en realidad, un ecosistema destruido.

¿Qué podemos hacer?

  • Denunciar ante al 911, Ministerio de Salud, MINAE, SINAC o la policía cuando se detecten estas prácticas.
  • Difundir información para que más personas conozcan que humedales y quebradas tienen protección especial.
  • Exigir a las autoridades seguimiento real a estas denuncias.

El monitoreo ciudadano como el de Philippe es clave para visibilizar lo que ocurre en el territorio. Cuidar los humedales y quebradas no es solo responsabilidad del Estado: es un compromiso de todas y todos, porque estos ecosistemas son nuestra defensa natural y un bien común que merece respeto.

¿Qué pasa cuando se tiran escombros y residuos en un humedal?

A primera vista, lanzar tierra, troncos o cemento en un terreno parece inofensivo, pero en un humedal o en las orillas de una quebrada el impacto es profundo y casi siempre irreversible:

  • Se altera el flujo natural del agua. Los escombros tapan canales y nacientes, reducen la capacidad del humedal de absorber lluvias y aumentan el riesgo de inundaciones en comunidades cercanas.
  • Se pierde biodiversidad. Tortugas, peces, aves acuáticas, plantas propias del humedal y microorganismos dejan de encontrar alimento y refugio cuando el terreno se rellena con materiales extraños.
  • Se contamina el suelo y el agua. Los residuos de cemento, madera tratada o restos de construcción liberan sustancias que cambian la calidad del agua y afectan la vida acuática.
  • Se rompe la función de “filtro natural”. Un humedal sano retiene sedimentos y mejora la calidad del agua que luego usamos; al cubrirlo con escombros, esa función se pierde.
  • También el material orgánico altera el humedal. Aunque parezca inofensivo, arrojar ramas, troncos o tierra modifica la topografía natural, eleva el nivel del suelo, tapa la vegetación nativa y acelera procesos de descomposición que pueden cambiar la química del agua y reducir el oxígeno disponible para la fauna.

Cada camión de material tirado en un humedal no solo transforma el paisaje, también pone en riesgo servicios ecosistémicos de los que dependemos todos los días. Por eso es vital denunciar y frenar estas prácticas a tiempo.

¿Qué dice la legislación costarricense sobre la propiedad?

En Costa Rica la propiedad privada está protegida por la Constitución Política (artículo 45), pero ese derecho no es absoluto. El mismo texto constitucional indica que la propiedad está sujeta a las limitaciones y obligaciones que dicte el interés público. Esto significa que, aunque una persona sea dueña de un terreno, no puede usarlo de manera que destruya bienes de interés común, como los bosques, ríos, quebradas y humedales.

La Ley de Conservación de Vida Silvestre (N.° 7317), la Ley Forestal (N.° 7575) y la Ley Orgánica del Ambiente (N.° 7554) establecen claramente que:

  • Las quebradas, ríos, humedales y manglares son bienes de dominio público, aunque atraviesen una propiedad privada.
  • Existe una franja de protección a ambos lados de los cauces y zonas de recarga acuífera donde no se puede rellenar, construir ni talar.
  • Alterar un humedal, cambiar su uso o rellenarlo sin permisos técnicos y ambientales es un ilícito que puede acarrear multas, procesos judiciales e incluso la obligación de restaurar el daño.

En palabras sencillas: ser dueño de un terreno no da derecho a destruir lo que ahí hay si forma parte de un ecosistema protegido. Tener título de propiedad no autoriza a drenar un humedal ni a tapar una quebrada; la ley está por encima de cualquier “permiso” informal que un propietario quiera dar.

Registros 2022

Registro 2023

Registro 2024

Registro 2025

Nota: Las fotografías y videos incluidos en esta publicación son de carácter ilustrativo y tienen como único propósito reflejar la gravedad de la situación descrita. No deben interpretarse como evidencia directa contra personas específicas ni como señalamiento individual.

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Despojos racistas: Rostros de la «transición verde»

En esta conversación profunda y urgente con Josefa Sánchez Contreras, abordamos cómo las luchas ambientales están siendo cooptadas por discursos que, en nombre de salvar el planeta, perpetúan formas de despojo racista y colonial. Hablamos del colonialismo energético, las falsas soluciones verdes, el engaño de la transición energética, y los retos de construir ecologismos realmente antirracistas y anticoloniales. Josefa comparte desde su experiencia de lucha, señalando la importancia de los saberes territoriales, comunitarios e indígenas frente a una ecología de mercado que invisibiliza resistencias y reproduce violencias históricas.

🔴 Una entrevista que interpela, incomoda y abre caminos hacia otras formas de defender la vida y el territorio.

Si desean conocer más sobre la obra de Josefa, puden leer:

Crédito de imagen: Semanario Universidad.

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Frantz Fanon a 100 años: pensamiento vivo para la liberación

“Cada generación debe, en una relativa oscuridad, descubrir su misión, cumplirla o traicionarla.”
— Frantz Fanon

Este 2025 se cumplen 100 años del nacimiento de Frantz Fanon, psiquiatra, escritor y militante anticolonial nacido en Martinica. A un siglo de su llegada al mundo, su pensamiento no solo conserva una vigencia inusitada, sino que continúa siendo un faro para quienes luchan contra las formas contemporáneas del racismo, el colonialismo y la opresión. Su vida encarna una rara coherencia entre pensamiento y acción, entre la teoría y el compromiso político por la liberación de los pueblos.

Un pensador radical del colonialismo y la subjetividad

Frantz Fanon fue uno de los primeros en articular con profundidad cómo el colonialismo no solo domina territorios, sino que penetra en la psique de las personas colonizadas. En “Piel negra, máscaras blancas” (1952), Fanon exploró cómo el racismo produce una alienación estructural en la subjetividad negra, obligando a las personas a usar “máscaras” impuestas por la cultura blanca dominante para poder sobrevivir. Este texto no es solo un análisis psicológico; es una denuncia ética y política de la deshumanización colonial.

Fanon comprendió el racismo como una tecnología de poder: no es solo un “prejuicio” ni un “error” individual, sino una estructura que sostiene el orden colonial y el capitalismo global. En su lectura, la liberación auténtica no puede venir de reformas superficiales, sino de una ruptura con el sistema que produce esas jerarquías.

La violencia como respuesta: una ética desde los condenados de la tierra

Su obra más influyente, “Los condenados de la tierra” (1961), fue escrita mientras trabajaba con el Frente de Liberación Nacional (FLN) en Argelia, poco antes de su muerte. Este libro marca una ruptura con los discursos liberales y eurocéntricos sobre el desarrollo y la democracia. Fanon no idealiza la violencia, pero la reconoce como un momento inevitable en los procesos de descolonización, porque el colonialismo mismo se funda en la violencia. La violencia liberadora aparece como una reapropiación de la dignidad y una forma de reconstrucción del sujeto oprimido.

A diferencia del humanismo colonial, que oculta la deshumanización bajo discursos de civilización, Fanon apuesta por un nuevo humanismo, nacido de la lucha y del reconocimiento de la humanidad negada. Es un humanismo insurgente, construido por los de abajo, por quienes han sido despojados de su voz y su cuerpo.

Un compromiso encarnado: Fanon militante

Más allá de sus libros, Fanon fue un hombre profundamente comprometido con la praxis revolucionaria. Renunció a su cargo como psiquiatra del hospital de Blida, en Argelia, al no poder ser cómplice del aparato colonial francés. Se unió activamente al movimiento de liberación argelino, asumió misiones diplomáticas y formó parte de una lucha que no era la “de su pueblo natal”, sino la de todos los pueblos colonizados del mundo.

Este gesto de solidaridad radical –arriesgar la vida por una causa que no es “nacional” sino humana– es parte de la coherencia ética que hace de Fanon una figura ejemplar. No pensaba la revolución como una consigna abstracta, sino como un proceso en el que se arriesga el cuerpo, el tiempo y la vida.

Pensar con Fanon hoy: descolonizar es urgente

Hoy, en un mundo atravesado por nuevas formas de colonialismo —económico, cultural, epistémico y ecológico—, las palabras de Fanon resuenan con fuerza. En América Latina, África y Asia, en los territorios indígenas, en los barrios racializados, en las luchas de las juventudes precarizadas, su llamado a descubrir la misión histórica de cada generación sigue siendo una provocación necesaria.

Descolonizar no es solo un acto académico ni un reclamo simbólico: es una práctica que interpela las estructuras de poder y nuestras formas de vida. Leer a Fanon en este centenario no debe ser un homenaje pasivo, sino una invitación activa a renovar el compromiso con los procesos de emancipación, con los pueblos que luchan, con quienes siguen siendo tratados como desechables por un sistema que jerarquiza vidas.

Fanon vive en cada intento por decir la verdad contra la opresión, en cada gesto de solidaridad activa, en cada comunidad que se organiza para recuperar su autonomía. A 100 años de su nacimiento, su pensamiento nos recuerda que no hay transformación sin riesgo, ni liberación sin conflicto.

Descolonizar también es hacer: más allá del discurso

Frantz Fanon nos alerta con claridad: la descolonización no es una metáfora, ni un giro semántico en los debates académicos. Es una reorganización radical del mundo, una ruptura concreta con los modos de vida, de gobernar, de habitar, de sanar y de educar impuestos por el colonialismo. Por eso, descolonizar implica prácticas vividas, no solo interpretaciones.

En muchos espacios, el discurso descolonial ha sido absorbido por instituciones, universidades y ONGs sin que ello signifique un compromiso real con las luchas de los pueblos. Fanon nos previno de ese peligro: cuando la descolonización se vuelve una moda discursiva sin anclaje en el cuerpo, el territorio y la comunidad, deja de ser una amenaza al orden colonial.

Descolonizar exige recuperar saberes, lenguas, espiritualidades, economías y modos de cuidado propios, en diálogo con las urgencias del presente. Significa desafiar la verticalidad del Estado-nación, cuestionar el monocultivo del pensamiento occidental, denunciar las formas de racismo ambiental, reconstruir la salud desde el cuerpo-territorio, y defender la vida más allá del lucro y la acumulación.

En este sentido, Fanon no es solo un pensador, sino un guía ético-político que exige coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Su legado interpela a quienes luchan por el cambio social: ¿cómo se vive lo que se proclama? ¿Qué prácticas reproducen la colonialidad incluso en espacios que se dicen alternativos? ¿Quiénes deciden y desde dónde?

El pensamiento de Fanon, a 100 años de su nacimiento, nos recuerda que no basta con denunciar el colonialismo: hay que dejar de ser sus funcionarios cotidianos. Descolonizar es también cocinar, sembrar, sanar, enseñar y organizar desde otros lugares, con otros ritmos, con otras palabras.

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